A picarse toca

    24 abr 2021 / 14:10 H.
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    Desde el martes soy AstraZeneco. Tanto tiempo esperando como para ponerme exquisito con el menú de la casa. Ese que nos llevamos comiendo toda la vida cuando viajamos, donde lo único que se precisa para no errar es afinar el ojímetro y, donde veas camiones, echa el freno Magdaleno. Hay otras opciones si vas sobrao de jurdeles y te quieres tirar el moco. La relación sablazo-calidad a menudo te provoca malos pensamientos y sensación de haber hecho el cipote. Pero con lo que ando preocupado realmente es con la postura de una amiga a la que quiero mucho, se ha convertido en negacionista, como Bosé. De la noche a la mañana me sale con unas certezas de pensamiento único y unas bases seudocientíficas de Cuarto Milenio que, unidas a las dudas sobre la ciencia y los científicos, me deja a cuadros. Según ella, según ellos, todo obedece a una conspiración internacional contra las libertades. Todos tenemos nuestro mosqueo con el mercadeo infame de las vacunas y las puñaladas traperas que se pegan las farmacéuticas, pero esto es otra cosa. No lo duden, chútense, aunque en otro tiempo estaba mal visto, era menos seguro y muy trabajoso y, además, carísimo

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