A modo del licenciado Vidriera

03 jun 2024 / 09:20 H.
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La razonable previsión por un lado de instintos ultranacionalistas, tras las próximas elecciones al parlamento europeo, en las que la Unión se la juega entre la supervivencia o el colapso, atenazada por fuerzas eurocépticas como Vox, la Alemana AFD, la Francesa RN que promueven una Unión menguante, por otro lado, el espectáculo bochornoso de nuestro parlamento, en el debate de la Ley de Amnistía, la constatación de grupos católicos en España que conspiran contra el Papa Francisco, llamándolo masón, entre otros motivos porque ha manifestado que, en las seminarios, existe mucho mariconeo, lo que resulta rigurosamente cierto, como erráticos son los juicios apocalípticos sobre la evolución del socialismo español, según pronósticos siniestros de antiguos líderes de izquierda. La sensación personal que se deriva de tanta desgracia acumulada es la de una ruptura, como un quebrantamiento de esperanza y horizontes siniestros que legamos a futuras generaciones. Se entiende el personaje de Cervantes en sus novelas ejemplares, el licenciado Vidriera, cuando de tal naturaleza, se autoproclama. Cualquier otro pronóstico adverso puede convertir nuestros adentros en vidrios. Y ello sin conocer cómo terminarán de enjuiciarse los “puteríos” de Donald Trump.

¿Volverá a ser reelegido presidente de EE UU? Tampoco, el sentido de las veladas amenazas de Israel contra España, por haber cometido la felonía de reconocimiento del estado palestino. No es broma.

Hay que leer, en la Biblia, la Profecía de Joel, o el Libro de las Crónicas, para averiguar que la venganza contra las afrentas al pueblo elegido, es una constante en las Sagradas Escrituras. Y no tiene menos importancia una nueva patología la Eco ansiedad, temor crónico a sufrir un cataclismo ambiental, según nos viene anunciando el cambio climático. Con todo, lo verdaderamente desazonados es cómo se exteriorizan las discrepancias políticas sobre cualquiera de los expresados problemas. Qué léxico es el utilizado en el Parlamento, sede de la soberanía popular... Y no se trata de dialéctica de derechas o de izquierdas, de rojos o azules, sino de indecencia moral, imputaciones que constituyen flagrantes infracciones penales.

“Como puede explicarse que la presidenta de Madrid afirme en sede parlamentaria que el Gobierno de España anima a los terroristas a matar a cambio de darles un Estado o una Comunidad Autónoma”. Existe una tremenda responsabilidad en la clase política, respecto de los jóvenes que se dice están desactivados, incluso a los mensajes pacifistas, que, en el pasado, aglutinó las protestas contra. “No a la guerra de Irak, Vietnam etc.”

Donde debiera producirse un debate público real, existe una indecente congregación de políticos que recíprocamente se acusan de la comisión de execrables delitos. Existe como una osmosis del lenguaje, de manera que se trasladan las ofensas a los sectores más receptores de nuestra sociedad.

Se está produciendo por medio del lenguaje de nuestros políticos lo que constituye un relato reaccionario: partidos ultras, supremacismo blanco de familias tradicionales, heterosexuales, mediante una estrategia discursiva que, en ocasiones rozan el fanatismo. Si a la familia tradicional, no al lobby LGTB. Son palabras de la ultraderechista Meloni. Que Dios nos coja confesados.



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