A mi pueblo

    22 abr 2022 / 16:00 H.
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    Desde unos días atrás, quizás estoy más preocupado que de costumbre y me sucede que cuando me siento ante el ordenador con la intención de escribir tengo la mente en blanco y no consigo encontrar tema alguno sobre el que tomar notas, desarrollar conjeturas, plasmar ideas e incluso formar opinión alguna. En esas ocasiones suelo abandonar el intento y me dedico a leer prensa, novela o poesía, bucear por internet indagando sobre asuntos de mi interés que suelo tener pendientes, y sobre todo a jugar al ajedrez online con algún aficionado desconocido casi siempre, pero humano, nunca contra una máquina. Hoy es uno de esos días en los que vuelvo a sentir el síndrome del folio en blanco, pero el correo me recuerda que tengo el compromiso moral de escribir mi artículo de opinión para los lectores de Diario JAÉN, tarea siempre grata para mí porque en ella intento encontrar el sentido de la vida y la pasión por la tierra que me vio nacer, el pueblo en el que tengo mis raíces, esa sociedad que llevo tan dentro a la que, a pesar de la distancia, sigo perteneciendo y disfruto dando a conocer y ensalzando lo mejor que sé y puedo. Quizás muchos de los que me conocen y creen saber algo sobre mi relación con mis orígenes y en concreto con mi pueblo, se extrañen de esto que digo y piensen que después de tantos agravios por parte de algunos, escribir buenas palabras sobre ellos quizás será porque tengo la intención de intentar pagar alguna deuda pendiente, o al menos hacer méritos para ser aceptado o incluso agasajado por otros. Nunca fue mi intención herir a nadie y hace ya veintisiete años que expliqué una y otra vez cual era mi intención al escribir y publicar una obra literaria con mi visión más realista de esa sociedad rural que yo conocía o al menos creía conocer. Ese hecho tuvo consecuencias bastante desagradables que por lo que a mí respecta prefiero dejar en el olvido y dedicar mis mejores esfuerzos a mostrar lo mucho que de bueno hay entre nosotros y a reivindicar mejoras necesarias para toda nuestra provincia, que como bien sabemos está algo más que olvidada por aquellos que deciden inversiones a nivel nacional e incluso autonómico, pues ambas administraciones son indolentes, depredadoras e insensibles con nuestra provincia.

    Incidiendo sobre este asunto tan grave, acabo de leer un artículo publicado en este diario el pasado 29 de marzo que se titula “La cobra del AVE y el desamparo ferroviario” a cuyo autor me gustaría conocer para felicitarle, porque su escrito además de certero y lleno de razón pone el dedo en la llaga de lo que acontece una y otra vez con la provincia de Jaén, olvidada por sistema y arrinconada con los tópicos de paraíso interior, mar de olivos, gloria del Renacimiento y ejemplo de excelsa y sencilla gastronomía que hay que visitar y conocer; todo ello queda muy bien de cara a la galería y sirve como paseo de gloria de políticos de arte y ensayo pero a la hora de repartir las habichuelas aquí nunca llega la “pringá” sino las gachas aguadas, que son muy tradicionales y honorables pero de poca substancia y que nunca nos harán salir de pobres de solemnidad. Las consecuencias de este abandono son visibles en cada una de las áreas económicas, culturales y sociales que podamos examinar. Por poner un ejemplo, vuelvo a citar una noticia que aparece en este diario el día en que escribo este artículo, se refiere al precio medio de la vivienda y dice así: “La capital es la más barata para adquirir una vivienda este año” lo que convierte a Jaén en la ciudad más económica del país, y lo mismo ocurre con el global de la provincia. Por supuesto, el precio medio del alquiler se sitúa en idénticos parámetros, donde como es habitual en todas las estadísticas seguimos en el furgón de cola, si es que hemos conseguido alcanzarlo, porque como ya hemos comentado el tren no pasa por en Jaén. Esto no es un timbre de gloria como para echar las campanas al vuelo, sino la constatación estadística de que somos la provincia con más carencias, más abandonada, preterida y pobre de España. Hago un llamamiento a todos nuestros representantes políticos para que luchen y den la cara por Jaén y les mando un recado: Un día nuestro pueblo despertará y en las urnas lo veremos.

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