A los de los libros

01 abr 2019 / 16:31 H.

He tenido la fortuna de vivir de cerca el mundo de los libros. Trabajar durante algún tiempo en una importante empresa pionera en el sector de las artes gráficas y que además es de nuestra tierra, me ha permitido conocer en profundidad el proceso productivo. Preimpresión, maquetación, diseño, impresión, controles de calidad, encuadernación, en definitiva, un arte no exento de la más vanguardista tecnología para conseguir piezas que enamoran con solo mirarlas, trabajos que como me decía el responsable y alma de la empresa, mi admirado José Madero, “enamoran sólo con mirarlos y si además se conoce su alma, la historia de su origen, ya no se olvidan”

Ahora, desde la perspectiva que te procura la experiencia, valoro sobremanera la pasión, el rigor por el detalle y la obsesiva búsqueda de la calidad, que los responsables del acabado perfecto ponen cuando de hacer tangibles los conocimientos, las ideas o incluso los sueños de los escritores, se trata.

El libro, como resultado de muchas horas de lecturas previas, de formación y de esfuerzo es mucho más que un conjunto de hojas unidas formando un volumen que se rellena con distintos datos. El libro bien escrito, se convierte en una habilidad a caballo entre la ciencia y el arte, la inspiración y el saber, la generosidad por compartir y el deseo de perpetuidad del conocimiento.

El escritor de hoy, al amparo de los nuevos modelos de negocio que la tecnología está propiciando, refleja un sesgo amateur preocupado por la cantidad de palabras y también por la calidad del contenido, ya que al final el que valora a los nuevos copywriter del siglo XXI, es un algoritmo que da valor a la experiencia del lector para posicionarlo o no en el buscador.

Por el mérito que doy a todo aquél que se arma de valor y decide comenzar a poner negro sobre blanco, con el único interés de compartir a través de la escritura sus experiencias, su intelectualidad o sus miserias, dedico este humilde artículo de opinión y mi reconocimiento a un pequeño ramillete de jaeneros amigos que como auténticos “hombres del renacimiento” poseedores de un conocimiento profundo sobre diferentes materias y una especial habilidad para comunicar, han decidido publicar recientemente.

A Javier Moreno Zabala, economista, International MBA y con formación financiera en Harvard Extension School de Boston y que recientemente ha publicado su segundo libro. Con toda la capacitación para desde Andújar, decirle al mundo cómo podemos ser más eficaces en la función directiva, como liderar sin perder tu identidad o sin molestar a los demás.

A Fernando Tutau Gómez, farmacéutico, médico, Executive MBA, deportista y empresario, que hace pocas fechas presentaba su primer libro. De fructífera trayectoria para desde Alcalá la Real, proponer a todos los farmacéuticos de España cómo debe ser una farmacia de éxito.

A Emilio Sánchez Lozano, arquitecto, coach ejecutivo, experto en Team Building, que hace algunos meses publicaba su último libro. Comprometido con el desarrollo personal y profesional para desde Jaén, aportar a los arquitectos de España metodología y motivación para conseguir pivotar hacia una carrera profesional de éxito.

Sin otro ánimo que el de posibilitar que sus obras se conviertan en simples fuentes de consulta para todo aquél al que le inquiete su profesión, para el que tenga ánimo por mejorar o para el que simplemente tenga la ineludible necesidad de leer para aprender, estos paisanos contribuyen casi sin saberlo, a incrementar nuestra autoestima como jiennenses , a fortalecer nuestra confianza como ciudadanos comprometidos y por qué no también, a estimular la autocrítica al hacernos reflexionar acerca de si estamos haciendo bien en agasajar y premiar a cualquiera que irrumpe en escena bajo el paraguas de algo que respira a tecnología de rápida caducidad y de difícil pronunciación.

Como alguien dijo, algunos libros te ayudan a avanzar en la vida porque están escritos desde la sencillez y la honestidad intelectual.

La excelencia está en el proceso.