A las barricadas entre raíles

29 sep 2023 / 09:14 H.
Ver comentarios

En multitud de ocasiones, en estas mismas páginas, he “llorado” de impotencia ante la desidia de nuestros gestores políticos por cuanto no demuestran el más mínimo interés por la mejora de la infraestructura ferroviaria de nuestro Jaén. Recuerdo artículos como “R-598” en octubre de 2006 en el que glosaba con cierta ironía la supuesta mejora en el material rodante que llegaba a la provincia; “Talgo nunca estuvo aquí” en agosto de 2009 en el que, de nuevo, abogaba por mejorar nuestros vagones jaeneros; “AVE que no vuela...” (abril 2017); “Trenes rigurosamente olvidados”, artículo cuyo título no necesita explicación (febrero de 2018). Seguido en agosto de “¿Dónde estará mi tren?” pregunta obviamente sin respuesta. Algún añito después, inasequible al desaliento, en septiembre de 2021, llegó “El tren de la desidia” que tampoco necesita aclaración en cuanto a su contenido. Corría marzo de 2022 y se nos intentó camelar con una ligera transformación del inframundo en el que había que “asaltar” el “trenecillo” destino Jaén en los subsuelos madrileños. En “La mazmorra de Atocha” hacía un irónico recorrido por la instalación. Hablando de “llorar” como decía al principio, le tocó el turno a un personaje que siempre se quejaba, en nuestra pasada juventud de las muchas desgracias que le ocurrían: “Calimero y el tren de Jaén” nos llevaba de nuevo al dolor de la constatación del olvido ferroviario. Y apenas hace unas semanas llegó “Unos trenes ajenos al tiempo” en la que el tema recurrente volvía a la palestra. (29 de agosto).

Entre esos artículos se han ido publicando los de otros compañeros “de penas” pero el tren en Jaén ha sido y sigue siendo, un problema irresoluble. Material escaso y obsoleto, poco mantenimiento, pausas en el viaje a la espera del paso de todos los convoyes con los que se cruza nuestro MD; horarios poco adecuados; pantallas que no siempre funcionan; WC condenados con fugas de agua... Se diría que esto corresponde a zonas tercermundistas y no a un capital de provincia. Extremadura ha conseguido una especie de AVE de segunda o de tercera categoría y, con mucha razón, los extremeños protestan siempre que pueden en los medios. ¿Suelen verse protestas de los jiennenses más allá de alguna charla de café? La respuesta es no. No hay movimientos reales que hagan que la situación revierta y podamos contar con ese tren adecuado y merecido que nunca llega.

Necesitamos despertar en este tema y en mucho otros. Se juega demasiado con la pereza, la desidia, el desinterés de los jaeneros y de ahí el poco, escaso o nulo caso que se nos hace. ¿Para qué votamos religiosamente a los unos o a los otros cuando la diosa urna llega al calendario? ¿Reclamaremos alguna vez a los responsables de que Jaén esté siempre a la cola no solo del desarrollo ferroviario sino en tantos y tantos temas? Va a haber que relanzar aquel viejo eslogan de ¡A las barricadas! pero sin aires anarco-revolucionarios sino como acicate para levantar la voz y hacernos notar frente a los responsables políticos que desvían millones de euros para otras zonas que sí que se hacen notar poniendo altos precios a sus apoyos. Cuánto me alegraría no tener que dedicar más artículos de este tipo al tren jaenero y aplaudir, desde estas páginas, nuevos y merecidos horizontes ferroviarios. Jaén lo necesita.

Articulistas