A la salud

11 ene 2022 / 16:39 H.
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Una colega de universidad de Chile, me invitó a cenar en su casa. Al llegar, encontró a Mateo recostado con lo que parecía ser una gripe. “Mateo creo que tienes gripa”. Le dio una pastilla y rápidamente cogió un libro para elegir un médico. Lo atenderían al día siguiente en la consulta del domicilio del médico. Le pregunté por qué no iba al centro de salud”. En el hospital no se tratan esos casos, hay que ir a la consulta privada del médico”, respondió. Le pregunté si la atención la cubría el Estado. “Sí, una vez pagas al médico, el servicio estatal te paga una parte que no te cubre ni la mitad de la factura”. Me sorprendió la cobertura pública. Le explique cómo era nuestro sistema de atención primaria y se sorprendió. Que la salud es una necesidad básica, no se cuestiona. Que la atención hospitalaria es más costosa que la atención primaria una realidad. Que la satisfacción de cualquier atención o servicio depende de las expectativas que tengamos de la misma, una evidencia científica. Contrastan las dos realidades teniendo en cuenta que Chile es un país desarrollado en América. Es un estado benéfico asistencial. Cubrir las necesidades básicas es una cuestión graciable, no hay obligación por parte del gobierno, sin exigencia alguna por parte de la ciudadanía. Este modo de entender la atención de las necesidades básicas fue el experimento que los teóricos de la escuela de Chicago plantearon como modelo en Chile en el que prima atender la salud en hospitales, dejando los cuidados de atención básica a la libertad individual. Si no tienes “plata” no vas. Vista la ganancia del experimento el fin es globalizarlo. Es un modelo basado en que todo es susceptible de ser comercializado. La vida, la salud es fuente de negocio. Hacer creer que la vida de uno es privada, propia para hacer lo que desee y el Estado una suma de individuos donde prima “sálvese quien pueda”. No una realidad colectiva. La pandemia se está manifestando un conjunto de intereses geopolíticos sobre su gestión desde lo privado frente a lo público. Iniciativa individual frente a la colectiva, solidaria de equidad social y equiparación de recursos. No dejarán de aparecer variantes mientras no se pueda acceder a la vacuna en cualquier parte del mundo. Falta solidaridad, considerar el derecho a la salud como un derecho universal. Frente al caso descrito, España se basa en el Estado del Bienestar, las necesidades sociales básicas son derecho y los gobiernos están obligados a cubrirlas. La atención primaria en Andalucía es uno de los patrimonios mejores que poseemos por la inversión que supone en vida. Un modelo de salud más eficiente, efectivo y solidario y al final mas barato porque filtra y evita que los casos lleguen a los hospitales o se cronifiquen, supone garantizar las expectativas de vida. No se puede desmontar la atención primaria. Andalucía es la tercera comunidad que menos invierte en este año. Un médico no puede atender a más de 1.600 usuarios con menos de diez minutos de atención por persona. Los relatos son importantes. “Somos una especie narrativa, que se explica a sí misma y al mundo con relatos...” dice Vilarroya. Cuando se dice: “¿Alguien me dice que contratando a esos 8.000 sanitarios vamos a solucionarlo todo?” se simplifica el contexto, se olvida realmente de que se habla y que nos jugamos. ¿Se trata de una Información escasa o de una excusa insuficiente?

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