75 curiosidades de Miguel Hernández

15 may 2018 / 08:37 H.

El Instituto de Estudios Giennenses (IEG) de la Diputación Provincial editó 75 curiosidades de Miguel Hernández”. Se trata de 247 páginas de texto —y 10 sin paginar— dedicadas a las 21 ilustraciones que acompañan un corpus que evoca otras tantas secuencias del gran poeta español, cuya obra corre en paralelo con su existencia vital desarrollada en un tiempo torvo y cainita. El escritor ético mantuvo una veta realista que molestó a la erudición universitaria española, más dada a la estética que a la ética. Por eso, hablar de Miguel Hernández es someterse a una retórica que no enlaza bien con el pulso del poeta, ahora contemplado desde la cercanía, según la percepción de José Manuel Carcasés, cuyo texto está sabiamente ilustrado por Santiago Ydáñez. El artista está ligado a esta Diputación Provincial desde 1989 como becario del primer Taller de Artes Plásticas, celebrado en Linares. Con fresca y espontánea dicción, Ydáñez, tal y como puede verse en las Salas de Exposición de la Diputación de Jaén hasta el próximo día 18 de mayo, deja intercalada su mirada de pintor en el correlato del texto, pero también su incuestionable sensibilidad que, efectivamente, con el fin de dotar de versatilidad sus imágenes, no siempre recurre a los mismos códigos plásticos y, en algún caso, gráficos, nacidos, esto sí, del mismo procedimiento.

Así, es certero el ahormamiento de las ilustraciones entre sí y, claro es, también su diferencia, incluida la efigie del poeta realizada con pintura plástica sobre tela de lino de muy crecido tamaño. Por cuanto hace a esta pieza, conviene significarla como algo poco habitual en las obras de Santiago Ydáñez, tendente a utilizar tela de algodón en los grandes formatos a los que nos tiene acostumbrados su mano, especialmente despierta y bien dispuesta para la pincelada briosa, tendente a la transparencia del blanco de los fondos dejados a modo de reserva, en este caso, del papel. Pretendo destacar esta condición de los soportes como algo que, a mi ver, siempre, y a través de toda la historia del arte, ha sido definitorio en las obras de todos los artistas, como lo es en esta serie de reducidas superficies intervenidas con pintura plástica dedicada a ilustrar el libro que nos ocupa y, por tanto, aunque con vida propia, creadas desde la respiración del texto. No, no es igual el tratamiento de un mármol que el que recibe el barro modelado para que, posteriormente, la forma sea reproducida en bronce. Como la sensación de acabados no se percibe de igual modo en las obras del mismo artista si estas deben su realización a procedimientos diferentes. Tal es el caso, por ejemplo, del Tondo Doni y un fragmente de igual tamaño, sea el que fuere, de la Capilla Sixtina, por citar dos obras, como es sabido, de Miguel Ángel, la primera, óleo; la segunda, al fresco. Parece de razón pues, precisar el procedimiento utilizado por Ydáñez, que es pintura plástica sobre cartulina, en 19 de las 20 imágenes dedicadas a evocar el universo de Miguel Hernández.

En efecto, junto a la muy crecida tela ya referida, figura otra dedicada al torero Joselito “El Gallo”, también pintada sobre tela y tratada a modo de grisalla cuya dominante cromática, al margen de su acabado, sigue la constante de las obras que aderezan la colección, entre las cuales, en algunas, se advierte una especial viveza colorista. Son ejemplos de ello títulos como Pájaro II, Gallo y Rata, esta última más parca de color y, por consiguiente, más acorde con el lado más umbroso de la obra.

Todas estas manifestaciones nacen del particular universo hernandiano y percibido desde lo cotidiano. Así, estas 75 curiosidades sobre Miguel Hernández, se contemplan desde el territorio del poeta más cotidiano y, paradójicamente, más hondo. Su correlato se ajusta a la vida del hombre que acuna cabalmente al poeta más enraizado en el universo de lo popular.