25 años del foro Jaén, un gran legado

20 dic 2016 / 12:03 H.

Se celebró en la tarde del 12 de diciembre, en el Foro Jaén de Opinión y Debate, la entrega a la Institución Teresiana del Premio que lleva el nombre del entrañable Hermenegildo Terrados del Cerro, el fundador de esta iniciativa, y es bueno recordarlo, porque es de bien nacidos ser agradecidos. En este curso se cumplen veinticinco años que, de la mano de Hermenegildo Terrados, liderando a un grupo de jiennenses militantes de esta ciudad, fueran o no nacidos aquí, emprendieron la aventura de este foro, un instrumento al servicio de las ideas, del contraste de opiniones, de la reflexión serena, aunque siempre apasionada, sobre las coordenadas del desarrollo jiennense en todos los ámbitos.

Hemos dicho más de una vez en el foro que las sociedades dinámicas no lo pueden esperar todo de los manás o del mayor o menor compromiso de las administraciones. Cada cual ha de saber el sitio y la responsabilidad a asumir, y si Jaén está instalado en la consideración popular de que hay una deuda pendiente de los gobiernos, como dijo el propio Rey Juan Carlos, reconociendo que es aún una deuda pendiente de la democracia hacia esta provincia, y en esa expectativa estamos de tal modo que ya va siendo hora de percibir los resultados o de exigir responsabilidades a quien corresponda, no por ello dejamos de reconocer que la sociedad, sus agentes sociales, su Universidad, el mundo de la economía, de la cultura, los intelectuales, los colectivos más dinámicos, tienen la obligación de liderar el cambio de Jaén desde una militancia cívica comprometida, en la convicción de que en el reparto de las responsabilidades no cabe abdicación.

Pues bien, esto es lo que hace veinticinco años entendió y planteó Hermenegildo Terrados, palentino de nacimiento y jiennense de adopción, que nos dio ejemplo, con su carácter de luchador infatigable, desde muchos colectivos, que puso su corazón y su entusiasmo, sus ideas preñadas de nobleza al servicio de esta tierra, con un sentido amplio de la generosidad, muy lejos de los sectarismos tan negativos y de las ideas tan encorsetadas que acaban por constituir un freno a las ansias de progreso y libertad. Hermenegildo Terrados, con un grupo de colaboradores que sentían lo mismo y precisaban un líder con la suficiente autoridad moral, demostrada en tantas inquietudes, descubrió uno de los déficits de Jaén y, desde la tolerancia y el respeto como principios, creó este foro que, al paso del tiempo, nos sigue pareciendo un instrumento útil, aunque haya quienes lo quieran ignorar.

En el acta fundacional, suscribieron el documento Pedro Ruiz Ortiz, María de los Ángeles Peinado Herreros, José Antonio Miranda Aranda, Vicente Herrera del Real, José Calabrús Lara, María José Muñoz Torres, Francisco Javier Carazo Carazo, Alfonso Luis Sánchez Fernández, José Gutiérrez Caro, María del Carmen Rodríguez Pardo, Lorenzo López Guijosa, José Luis Moreno Codina, José Ramiro Ramón, Antonio Partal Ureña, Francisco Mateos López y Carlos Vázquez Aller. Hermenegildo Terrados asumió la presidencia hasta su muerte, a finales de 1996, hace ahora veinte, y lo recuerdo con emoción porque su último acto público fue mi propia boda, en Úbeda... Le sustituyó brevemente, en funciones, José Antonio Miranda, y posteriormente en una larga etapa tuve el orgullo de suceder a Hermenegildo y de pasar el testigo a otro gran jiennense como es el arquitecto Pablo Carazo Martínez de Anguita, presidente del foro en la actualidad. Baste decir que durante estos veinticinco años se ha hablado y discutido sobre muchas y variadas temáticas. Por ejemplo tuvimos la primicia del Plan Estratégico para la provincia, que se anunció aquí y podemos enorgullecernos de que la cultura, desde lo más sencillo hasta lo más sonado, la hemos abordado en este Foro donde nos hemos posicionado del lado de Jaén como Patrimonio de la Humanidad, o a favor de un gran Museo Internacional de Arte Íbero, o de ese gran Festival de Otoño del que ya gozamos... En fin, no hemos querido, porque esa era nuestra razón de ser, que nuestro futuro dependiera sólo de la providencia y de los aciertos o desaciertos políticos. El Premio Hermenegildo Terrados nació para premiar los hechos sobresalientes que ofrece Jaén al exterior, la proyección de esta tierra que nos alegra porque es el producto de nuestra ambición. El primer premio se le concedió a Expoliva, en ese momento la joya de la corona, y parece que no hay nada más que añadir porque todo el mundo lo entiende en esta tierra de olivar. Los sucesivos galardones se concedieron al Premio Jaén de Piano, el Festival de Otoño de Jaén, el Torneo Internacional de Ajedrez de Linares, el Instituto de Estudios Giennenses, la Universidad de Jaén, las ciudades Patrimonio de la Humanidad de Úbeda y Baeza, la Real Sociedad Económica de Amigos del País, el Festival Internacional de Música y Danza Ciudad de Úbeda, la Catedral de Jaén, la ONG Quesada Solidaria y este año la Institución Teresiana.

Estos premios nos han reconciliado con una cierta capacidad de ambición, con ejemplos de instituciones y personas que trabajan con entusiasmo, con buenos exponentes de autoestima, con un papel institucional que en algunos casos se ha prestado muy generosamente, con unas nuevas expectativas culturales. Todos los premios que se han dado, y otros muchos que tendrán que llegar en próximos años, dibujan, sin duda, el mejor Jaén, el que más nos gusta. Y además nos permite soñar, porque quedan cosas por hacer. ¿Han pensado alguna vez qué sería si esta ciudad hubiera explotado, dicho en la mejor de las acepciones, lo que supone contar con la reliquia del Santo Rostro? Nos la podemos imaginar en otra ciudad, o quizá en otra región. Incluso pienso en cuestiones de otra naturaleza.

Nos asiste la convicción de que tiene nuestro Jaén muchas cosas que vender y que una manera muy buena para hacerlo es hacerse valer de los instrumentos de nuestra propia cultura. Nos lo dijo hace muchos años un escritor, un ubetense que estaba enamorado de Jaén. Era Juan Pasquau, que ya descubrió que el valor de esta ciudad está por encima de su precio, y que siempre abogó por un Jaén del escaparate y no de la eterna trastienda. La historia de esta ciudad desde los primeros tiempos nos ha dejado nombres ejemplares a los que no ha reconocido en muchos casos de una manera generosa y justa, aunque ahora se ha empezado el despertar. Entre una larga relación de esos nombres, que constituye otro patrimonio de Jaén, aparece con luz propia Hasday Ibn Shaprut, al que se empieza a conocer hoy como Ben Saprut.

Necesitamos muchos ejemplos para recuperar el orgullo y la pasión ciudadana, que es en cierto modo la razón de existir y de la permanencia en el tiempo de este Foro Jaén. Estoy convencido de que estos premios seguirán siendo un referente porque no hay cosa mejor que honrar a las personas que se lo merecieron y premiar con los signos de la gratitud todo aquello que estimule nuestra identidad.