150 monedas...

Será por el 4 de mayo próximo cuando la promesa de Gabilondo desvelará su efecto. En un mundo de abundancia, en la que gran parte de esta acaba desechada en la basura; aquellos quienes comercian, trafican... con la miseria: son la retorcida encarnación de la vileza de la propia miseria. No se puede permitir nunca, bajo ningún concepto, y menos aún en un candidato socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid: que entre libre y duramente en el humillante mercadeo tratando de arrancar el voto a los votantes que circunstancialmente tienen menos ingresos que quienes quedan fuera del alcance de poder acceder al Ingreso Mínimo Vital. Tampoco se puede permitir que el Gobierno de España (en mayoría del PSOE —el mismo signo político que Gabilondo—) auspicie y de pábulo a tan tremendo atropello. Es una ofensa a cuantos núcleos familiares (personas) hoy necesitan la ayuda social (IMV) y que irrefutablemente lo que prefieren y defienden es un empleo digno que sea su medio de vida para sacar a su familias adelante. Y es igualmente de irrefutable que el gobierno de este país de las Españas; es el que por encima de las ayudas tiene que habilitar todos los mecanismos estatales que tiene a su alcance para generar empleo estable y de calidad, siempre desde la prioridad imperante. El último medio y recurso para las personas que hoy viven, de forma circunstancial, sin medios de vida siempre serán las ayudas estatales; pero estas no pueden arbitrarse tan sibilinamente para que arraiguen en la memoria y el pensamiento del pueblo (clase trabajadora) y prevalezca por encima desplazando el derecho al trabajo de quienes son objeto de uso cual mercadería, meros votantes para estos políticos. En Jaén capital, años atrás, en barriadas deprimidas, compraron hasta una lavadora... por un voto que aupara a la alcaldía. En la capital de España, Madrid, hoy ofrecen (en promesa) 150 euros por el voto para aupar a la presidencia a quien promete pagar la promesa a todos cuantos cobran el IMV si llega a gobernar. Los compra lavadoras... y quienes ofrecen 150 monedas (traición y condena) son de la misma clase de personas. Casta. Sátrapas; indecentes mercaderes de la política que sí merecen ser botados para que no se puedan sentar en los sillones de gobierno.