Venegas corta dos orejas y rabo en el festival de Segura de la Sierra

Rotundo triunfo de Venegas en Segura de la Sierra. El diestro de Beas está en un estado de madurez absoluta. Hace unas semanas, toreó una corrida de Saltillo en Las Ventas, por lo que lidiar un festival taurino es casi estar de tentadero. Eso sí, con la máxima entrega para el público. Una vez más, Segura de la Sierra fue una cita espectacular para los amantes de la tauromaquia o, simplemente, para las personas que desean ver un espectáculo poco habitual. La rectangular plaza de toros, con pequeñas gradas y con el público sentado en la ladera de la montaña, sirvió para ofrecer un magnífico espectáculo taurino.

Los utreros de Apolinar Soriano mostraron una buena presentación. Venegas recibió al primero con mucho mando con el capote. Lo paró a la verónica antes de interpretar un lucido quite en el que combinó chicuelinas y gaoneras, lo que generó una gran ovación entre los aficionados. El novillero era bastante exigente y codicioso, por lo que apretaba por abajo. En cambio, cuando el toreo le bajaba la mano, esa codicia le hacía que perdiera las manos. Venegas, que está curtido y muy placeado, se dio cuenta enseguida, por lo que comenzó la faena a media altura para consolidar al animal y evitar que las caídas hicieran que se acobardara y dejara de embestir. Antes de volcarlo a la cintura, lo llevó en línea recta, lo que le valió para arrancarle unas embestidas lucidas. Además, cuando se paró, Venegas respondió con un impresionante arrimón consciente, es decir, siempre en unos terrenos en los que el torero mantiene un relativo control —la tauromaquia implica riesgo— de la situación.

Filiberto estaba anunciado en el cartel, pero el domingo sufrió una cornada en la Plaza de Toros de Montoro. Fue atendido en la enfermería de una cornada interna con hematoma en tercio superior, cara interna del muslo izquierdo que provoca desgarro de unos 15 centímetros en el abductor mayor. Por eso, la empresa, Toros del Condado, gestionada por Antonio Coronado, se vio obligada a buscar un sustituto. Cristian Escribano —compartió hace unas semanas cartel con Venegas en Las Ventas— fue el encargado de sustituirlo. Estuvo templado en la lidia de su utrero y dejó pasajes de singular belleza. Sin embargo, erró con la espada, lo que hizo que solo pudiera cortar una oreja.

A Gómez Valenzuela le tocó el utrero más exigente, que no se lo puso nada fácil. Es novillero, por lo que tiene menos recorrido que los otros dos diestros, que son matadores de toros con alternativa confirmada. No obstante, se mostró valiente y dispuesto en la plaza de Segura de la Sierra. El utrero de Apolinar Soriano se lo echó varias veces a los lomos, pero el joven de Pegalajar no se achicó y continuó siempre con el paso hacia adelante. No obstante, en una de las volteretas, el animal lo golpeó y le abrió una brecha en el mentón. Después de acabar la lidia, pasó a la enfermería. Afortunadamente, Segura de la Sierra cuenta con un equipo médico de primer nivel, que está compuesto por los cirujanos Rafael y Alberto Flores Arcas y el anestesista Juan María García Ortiz. Exploraron la herida y vieron que era un corte superficial que no tenía gravedad. Por eso, dieron cinco puntos de sutura y el novillero se marchó por su propio pie. Marcos Venegas, que dejó un gran par de banderillas muy ovacionado por el público asistente, también fue volteado durante la briega del primer utrero, aunque ni siquiera tuvo que pasar a la enfermería.

El empresario de Toros del Condado —de Castellar—, Antonio Coronado, se mostró muy satisfecho por el resultado de los dos festivales taurinos: “Hemos organizado un ciclo muy interesante y en Segura de la Sierra están contentos con el resultado, lo que nos hace estar muy felices después del trabajo que hemos desarrollado. Somos una empresa joven, pero con experiencia en diversos municipios ya. Hemos visto que la gente se ha marchado satisfecha con el resultado taurino y con el espectáculo que se ha visto, lo que nos hace estar muy satisfechos y nos empuja a seguir trabajando”.