Un “trotaprovincias” que lleva la Diputación hasta el campo

Manuel Serrano Bellido, nacido en Barcelona hace 41 años, pero estuvo poco en la Ciudad Condal, a los ocho meses, como explica, se trasladó a Jaén. “Pero el Barça es el Barça”, asevera. Tras una temporada en la capital, la familia se mudó al Puente Tablas. “Aquí fue donde empezó mi vida con el deporte y las montañas, ya que los tenía al alcance de la mano. Por supuesto que mis padres influyeron enormemente en ello”, explica este maestro, especialista en Educación Física, y licenciado en Psicopedagogía que, en 1999, justo al acabar la primera parte de su formación, comenzó a trabajar en el Servicio de Deportes de la Diputación de Jaén. Desde este puesto pudo desarrollar el Programa de Actividades en la Naturaleza. “Lo recuerdo muy gratamente, ya que, prácticamente, salía del despacho en marzo y no volvía hasta julio, con las vacaciones de los escolares. Seguía luego en septiembre y octubre”, explica. Pero no todo fue de color de rosa, porque, en una de estas actividades, se rompió la muñeca izquierda al cargar una piragua. “Desde entonces me tengo que dedicar a la orientación y carreras por montaña. Todas estas actividades forman parte del Plan Deporte en el Medio Natural de la Diputación de Jaén”, aclara.

Su profesión y sus aficiones le permiten conocer la provincia de Jaén a fondo. “He estado en todos los municipios de Jaén varias veces; pedanías me falta alguna, gracias a que también llevo actividades de petanca, que se practican mucho en la Sierra de Segura y la Sierra Sur. Las carreteras me las aprendí pronto. Los senderos tardé algo más, hasta que pude unir unos con otros, muchas horas, muchos kilómetros, alguna penuria. Por supuesto, no los conozco todos, pero estoy en ello. Es difícil, se necesita mucho tiempo y además van cambiando con los años”, bromea. Por la lesión que sufrió comenzó a correr, pero por la montaña. Su carrera más larga fue la Ultra Maratón del Mont Blanc.

Entre las anécdotas de tantos años de campo están algunas como las de encontrarse a empresarios, que tienen un negocio de deportes de aventura y en la naturaleza, a los que acompañó en alguna excursión cuando eran niños. “Me dicen: tú me tiraste de una tirolina, o de un rápel, o estuve contigo de campamentos. Ahora los ves a ellos haciendo lo mismo. Por lo que pienso: No lo hice tan mal, porque ellos se dedican ahora a eso”, comenta orgulloso. En otra ocasión, tuvo la oportunidad de acompañar, por encargo de la Diputación, al cantante José Manuel Soto, que preparaba una ruta ecuestre por la provincia de Jaén. “Es un tío estupendo. Le encantó Otíñar”, recuerda.