El seísmo no ocasiona daños y coincide con otros en Peal de Becerro
La actividad sísmica no cesa en la provincia de Jaén. Vecinos de la fachada occidental jiennense, en particular Porcuna y Martos, percibieron el terremoto ocurrido a la una y un minuto de la tarde. Según los datos del Instituto Geográfico Nacional, el temblor tuvo epicentro en Córdoba, concretamente entre Valenzuela y Albendín, en la cuenca del río Guadajoz. Con una profundidad de quince kilómetros, alcanzó una magnitud de 3,7 e intensidad III —lo que significa que tuvo intensidad débil y fue sentido por algunas personas dentro de edificios, con oscilación de objetos y sensación de balanceo—. Como confirma el servicio de emergencias 112, no hubo que lamentar daños personales ni materiales. La única persona que alertó del suceso lo hizo desde Porcuna. El alcalde del municipio, Miguel Moreno, destacó que muy pocos vecinos se percataron del movimiento de tierra. De hecho, el mismo no se enteró hasta horas después. En el caso marteño, a través de las redes sociales, algunas personas exponían su experiencia y calificaban lo ocurrido de “pequeño temblor”.
Lo más llamativo es que a lo largo de los últimos días han ocurrido otros seísmos. Sin embargo, se trató de microterremotos localizados cerca de Peal de Becerro, en el entorno del curso alto del Guadalquivir. Entre el jueves y el viernes se contabilizaron 5 sacudidas, no percibidas por la población. Las magnitudes estaban comprendidas entre 1,5 y 2,6. Los seísmos se enmarcan dentro de una serie con decenas de movimientos en cuestión de poco más de un mes. Sin embargo, el asunto pasa prácticamente desapercibido, pues la mayoría de los temblores es imperceptible y no hay desperfectos. Por tanto no cuestión no es comparable a la proliferación de terremotos en la zona de Torreperogil y Sabiote, un fenómeno que comenzó en octubre del año 2012.