Un pueblo destinado al disfrute de la calma y el entorno natural, Miranda del Rey

La villa, perteneciente al municipio de Santa Elena, es el oasis ideal en el que descansar de la cotidianidad y conectar con la naturaleza

29 sep 2024 / 17:46 H.
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A casi cinco kilómetros de Santa Elena se sitúa una de sus pedanías: Miranda del Rey. Este pequeño rincón situado en Sierra Morena supone un gran oasis de paz para todo aquel que lo visita y, de hecho, los propios vecinos afirman que los visitantes acuden por dos motivos: sus rutas y lograr el descanso que no consiguen en las ciudades. El núcleo apenas cuenta con habitantes viviendo durante el año de forma continuada, aunque durante los fines de semanas y periodos vacacionales sus calles se llenan de más vida.

Uno de los grandes alicientes con los que cuenta es que en los meses estivales el termómetro no sube tanto como en los municipios colindantes. Por el contrario, cuando llega el periodo otoñal e invernal, la mayoría de los vecinos se vuelven a sus lugares de residencia oficial, puesto que la disminución de las temperaturas se hace de notar muchísimo. De hecho, los habitantes afirman que ya han puesto el nórdico en sus camas y que, en apenas unos días, dejarán el pueblo durante un tiempo.

En cuanto a la festividad, en antaño procesionaba la Virgen de Fátima, pero se dejó de hacer, aunque se está proponiendo volver a retomarlo. Por otro lado, los vecinos celebran dos jornadas de convivencia anuales que son para la Candelaria —que este año se pospuso dos veces a causa de la inclemencias del tiempo— y cualquier día de junio, que este año ha sido el 1, fecha que se quiere conservar para el futuro. Durante ambas jornadas, los vecinos realizan una comida de convivencia, además de ponerse al día.

En lo que respecta a la rutina de aquellas personas que habitan durante el año o que visitan el núcleo frecuentemente, en primer lugar salen a caminar por las muchísimas rutas colindantes, como son el sendero Empedraillo, el Molino del Batán o Estrechos de Miranda, entre otros más. Aquel que tiene la suerte de poseer un huerto lo visita y cuida. Asimismo, a un par de kilómetros se sitúa un área recreativa con mesas en la que disfrutar de una comida preparada en compañía de la naturaleza. Por otro lado, son muchos los grupos de viajeros que visitan el núcleo en autobús para recorrer sus caminos y disfrutar de sus paisajes.

Para Rosario Lloreda Rodríguez, estar durante estancias en su casa de campo en Miranda del Rey es como vivir en su casa habitual. Y Diego Antolín García dice sentirse “muy a gusto” rodeado de este paraje y matiza que, si no fuera por las bajas temperaturas de invierno, no volvería al pueblo en esa época del año. Por último, pero no menos importante, la lugareña Francisca Alcaide Balibrea explica que cada día sale a pasear por las rutas del paraje natural y que los fines de semana ve más personas por el pueblo y en época de vacaciones, incluso autobuses con senderistas.

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