¿Un milagro de la Virgen de la Cabeza en la calle Larga de Andújar?
Supuesta efigie de La Morenita es un edificio que sufrió un derrumbe en abril

Una historia sorprendente con tintes paranormales. El pasado 30 de abril, dos días después de la romería en honor de la Virgen de la Cabeza —patrona del municipio y de la provincia—, el local del número 6 de la calle Larga, sufrió un aparatoso derrumbe. El suelo se hundió parcialmente hacia el sótano, con importantes daños materiales, inclusive en vehículos. Por suerte no hubo que lamentar víctima alguna y eso que unos días antes había estado ocupado por varias personas, pues allí se celebró una especie de verbena con motivo de la peregrinación. El bloque de viviendas, situado en las cercanías del mercado de abastos, quedó apuntalado por motivos de seguridad para los moradores de los pisos. Nadie ha tocado la zona afectada por el desplome. Sin embargo, aquí es donde llega el giro del guion. El propietario del bajo y el sótano, Joaquín Criado —muy conocido en Andújar por su condición de fundador de la empresa Carnes Criado— relata que, en las tareas de inspección y pruebas en los pilares de hormigón, una de las técnicas tomó una imagen en la que se aprecia una figura.
Criado está convencido de que se trata de la efigie de La Morenita. “Cuando me envió la fotografía por WhatsApp me emocioné y me eché a llorar”, confiesa. El dueño precisa que la supuesta imagen se localiza en el forjado, entre rasillones. “Ahí no ha tocado nadie. La imagen está hecha con óxido”, precisa. El andujareño reconoce que es muy devoto, de toda la vida, de la Virgen de la Cabeza. Igualmente, anuncia que no quiere desprenderse de lo que ve como una representación marina. “Cuando se haga la obra quiero que me la recorten y la llevaré a mi casa”, adelanta. Joaquín Criado afirma que ha puesto los hechos en conocimientos de Iker Jiménez, un referente en el mundo de los fenómenos paranormales. El vecino de Andújar está convencido de que detrás de lo acontecido hay algo sobrenatural. Pone el acento en el hecho de que nadie resultara herido a pesar de que el día de antes su hijo y su nieto habían estado en el local que se derrumbó hacia el subsuelo.