Un lince ibérico muere presuntamente atropellado entre Vilches y Linares

El cadáver fue encontrado el sábado en una cuneta de la JA-6104. Los resultados de la necropsia determinarán la causa del fallecimiento

17 dic 2020 / 08:57 H.
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Nuevo supuesto caso de atropello a un lince ibérico en las carreteras jiennenses. Lo comunicó ayer el Centro de Investigación y Servicios en Temática Ambiental (Cista) en Jaén, a través de su página de Facebook. El cuerpo sin vida del animal lo encontró un particular el pasado sábado, tal y como detallan desde dicha entidad a este periódico, en una de las cunetas del kilómetro 5,3 de la carretera JA-6104, entre Vilches y Linares, según fuentes de la Delegación del Gobierno andaluz. El caso se puso en conocimiento de la Guardia Civil y la Agencia de Medio Ambiente, cuyos agentes retiraron el cadáver y lo trasladaron al Centro Andaluz de Diagnóstico de Málaga, donde le fue practicada la pertinente necropsia. Los resultados de la misma determinarán si la muerte fue por atropello o por una causa distinta. Al respecto, se llama la atención sobre el hecho de que el animal no yacía en plena carretera, sino, como se ha indicado, en una cuneta. El lince fallecido era un ejemplar joven que no contaba con radiotransmisor, lo que significa que había nacido en libertad. “Por desgracia siguen muriendo linces en carreteras y por métodos prohibidos y no selectivos, como son los cepos o lazos que algunos desaprensivos siguen utilizando hoy en día. A este respecto, nuestro más sincero agradecimiento a los Agentes de Medio Ambiente que se esfuerzan en perseguir este tipo de prácticas delictivas. Extrememos las precauciones si conducimos por zonas linceras y ayudemos a las administraciones a identificar a los furtivos”, expresan desde Cista en Facebook. Las mismas fuentes de la Junta de Andalucía confirman a Diario JAÉN que el pasado 22 de agosto ya se encontró otro ejemplar sin vida en el mismo punto. De ahí que se haya abierto una investigación al respecto.

En cuanto a las “zonas linceras” a las que hace referencia el Cista, cabe recordar que precisamente en el entorno del río Guarrizas, en Vilches, se halla uno de los dos núcleos de población afianzados en la provincia de esta especie en peligro de extinción. El otro es el de Andújar-Cardeña, compartido con la provincia de Córdoba. Ambas son áreas de actuación del Plan de Recuperación del Lince Ibérico de la Junta de Andalucía. Según los datos del censo de linces en la Península Ibérica en 2019 elaborado por la Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, de los 216 linces adultos en libertad contabilizados en estos dos núcleos poblacionales, 71 estaban asentados en el área de Guarrizas. De estos, 24 eran hembras reproductoras. A tales ejemplares hay que sumar los 26 cachorros nacidos durante 2019. En lo que se refiere a Andújar-Cardeña, la población adulta fue de 145 ejemplares, de los que 53 eran hembras reproductoras, y acogió el nacimiento de 54 cachorros. En la Península se contabilizaron 311 nuevos cachorros. Estas cifras confirman que Jaén sigue siendo la cuna del lince ibérico. No en vano, su población adulta representa el 37% de los ejemplares de toda la Península —583—, el 45,5% de España —476— y el 65,2% de Andalucía —331—.

LOS ATROPELLOS, LA MAYOR AMENAZA DE LA ESPECIE

Ni en Guarrizas ni en Andújar-Cardeña los casos de atropello a linces ibéricos son anecdóticos. El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés, de World Wide Fund for Nature) considera que los atropellos son la gran amenaza para la conservación de la especie, más allá del furtivismo y la escasez de su principal alimento: el conejo. Según la oenegé, la mayoría de muertes de linces en el asfalto se concentra en “unos pocos” puntos negros en carreteras en los que “es necesario actuar de forma urgente habilitando sencillos pasos que puedan utilizar los linces y el resto de la fauna para cruzarlas de forma segura”. El año pasado, el WWF remitió una carta al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, y al de Transición Ecológica y Reto Demográfico en la que se exigía a sus responsables “medidas urgentes para frenar esta sangría de muertes”, que en 2019 fueron 34 y que este año, a pocos días de decir adiós a 2020, también han superado la treintena. En agosto la cifra de atropellos era de 32, según indicó el responsable del programa de lince ibérico del WWF, Ramón Pérez de Ayala, quien explicó que, durante la etapa de confinamiento del primer estado de alarma para combatir la covid-19, se registraron más muertes de ejemplares de la especie en la carretera que en el mismo periodo de años anteriores. Según Pérez de Ayala, las restricciones de movilidad hicieron más peligrosas las carreteras para los linces por dos circunstancias derivadas de la reducción de tráfico: la primera, que los conductores circulaban a más velocidad de la habitual, y la segunda, que los animales no temían transitar por el asfalto. Además, el pasado febrero, después de que dos linces ibéricos perdieran la vida en sendos puntos de la A-4, a su paso por Bailén, desde la Delegación del Gobierno andaluz se explicó a este periódico que la presencia de linces en las carreteras venía creciendo porque la especie se halla en plena expansión hacia zonas de campiña, allende las áreas serranas, su hábitat hasta ahora. Aunque la responsable del Programa de Especies del WWF, Gemma Rodríguez, reconoce que esta cifra de atropellos en lo que llevamos de 2020 es alta, indica que lo que hay que tener en cuenta en este sentido no es tanto el número de linces fallecidos en esas circunstancias como el porcentaje que estos representan con respecto a la población total, que va en aumento. Entre enero y junio murieron en las carreteras españolas 31 ejemplares, esto es, el 3,5% del censo peninsular, “un dato preocupante”, según Rodríguez, quien, eso sí, apunta que en el ecuador de otros años el porcentaje fue mayor. De estas 31 muertes hasta junio, 22 tuvieron lugar en Andalucía. El WWF tiene abierta desde el año pasado una campaña de recogida de firmas para apoyar la petición al Ejecutivo nacional. El objetivo es obtener 150.000 rúbricas, de las que hasta ahora se han conseguido cerca de la mitad, 72.479.

En mayo de 2019, la Delegación Territorial de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio ejecutó obras para evitar accidentes de tráfico y atropellos de linces en la A-301, vía que conecta La Carolina y Úbeda y que discurre por el entorno del río Guarrizas. Poco después, en julio, el Ministerio de Fomento —ahora Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana— sacó a licitación un contrato para ejecutar un proyecto de “actuaciones de mejora para reducir la probabilidad de atropello de fauna salvaje”, fundamentalmente de linces ibéricos, en el tramo comprendido entre Cardeña (Córdoba) y Ciudad Real de la carretera N-420. Se destinó un presupuesto de 1,65 millones de euros, pero no hay constancia de que dicho proyecto se haya ejecutado. Por ello, el WWF advierte: “Algunas obras aún no han empezado y cada minuto perdido supone más atropellos de linces.

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