Un jubilado de Villargordo pierde su vivienda, al final

Satisfacción, pese al desenlace, por la lucha vecinal y municipal

25 ago 2019 / 11:48 H.

Una historia que deja sabor agridulce. El alcalde de Villatorres, Miguel Manuel García, resume con la expresión “ahogarse en la orilla” lo sucedido con Vicente Guijarro, un jubilado de Villargordo, el núcleo principal del municipio. El hombre finalmente pierde la casa pese a la lucha colectiva de sus convecinos. A pesar de que la entidad financiera rebajó considerablemente sus pretensiones iniciales, el hombre ha declinado la oferta final y finalmente se ha trasladado a la planta baja en el inmueble donde reside uno de sus vástagos, lo que permite llevar una existencia independiente.

García subraya que todo el mundo luchó “durante dos meses duros”. “Venía a reconocer todo el dinero que Vicente había pagado”, indica. Expresa la gratitud hacia sus convecinos por el apoyo y opina que la gente se habría volcado para ayudarle a conseguir el dinero que hacía falta. Por otro lado, el joven político considera un triunfo que se haya logrado que la entidad haya reconsiderado sus planteamientos.

Bartolomé Mateos, una persona vinculada con la Hermandad Obrera de Acción Católica y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, hace de portavoz del hombre que ha perdido su casa. Destaca que Guijarro, quien trabajaba como camionero, rehipotecó la vivienda y que a raíz de un accidente laboral empezaron los problemas. Mateos señala que en 2014, “convencido de que era con opción a compra”, suscribió un alquiler por más de 400 euros mensuales. Afirma que así estuvo cuatro años. El portavoz subraya los contactos con el Ayuntamiento y las dilatadas negociaciones. Al final, según sostiene, la entidad financiera consintió en descontar esas cantidades abonadas como renta, lo que dejaba la suma pendiente en unos 35.000 euros. No obstante, sostiene que la entidad no quería darle un préstamo para pagarla.

Para Bartolomé Mateos es fundamental la implicación del consejo de Asuntos Sociales de Villatorres, en el que están los tres partidos políticos con representación municipal —IU, el PSOE y el PP—, la Cruz Roja, Cáritas, la parroquia y las asociaciones de madres y padres. “Es digna de encomio la unidad, el saber estar de la gente de Villargordo y, en particular, del consejo. Este pueblo no está dispuesto a aceptar desahucios”, asevera. El representante del anciano que se quedó sin su domicilio habitual subraya que la decisión de no seguir adelante se debió a su deseo de no sufrir presiones y vivir tranquilo, y no entrampado, los años que le queden por delante.

En cuanto a las enseñanzas que se extraen del asunto, Mateos valora la unidad de los villargordeños y su carácter solidario, que quedará plasmada, en próximos días, con otra acción relacionada con los refugiados. A juicio de Mateos, el asunto del desahucio, pese a su desenlace, supone un precedente muy interesante y una forma de obrar por parte de la sociedad civil que debe tenerse como referente.

El portavoz llama la atención sobre otros tres casos “amenazantes”. Dos de ellos, en Villatorres. El primero, pendiente de un recurso de casación, después de pasar por el Tribunal Constitucional, afecta a un matrimonio con dos hijos, uno de ellos con discapacidad. El otro, tiene como posibles damnificados a una familia de inmigrantes con tres vástagos menores y es tildado por Mateos como “cacao” por su complejidad. Por último, llama la atención de otra situación en Torredelcampo, donde el damnificado intentó, desesperado, quitarse la vida.

Victoria judicial de un inmigrante que se empadronó tras llegar con visado

Un inmigrante que se empadronó en el municipio de Villatorres ha conseguido una importante victoria judicial, al darle la razón el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que revoca una primera resolución desfavorable para él dictada por un juzgado de lo Contencioso-Administrativo de la capital jiennense. El fallo del 12 de diciembre de 2017 desestimó el recurso del varón contra una decisión de la Subdelegación del Gobierno, que, en marzo de ese año, que no admitió la solicitud

de autorización de residencia de larga duración. La Administración entendía que había un fraude de ley, pues el hombre entró en España utilizando un visado de tránsito expedido por el Consulado de Francia en Agadir (Marruecos) con una validez de noventa días. La Subdelegación estimaba que se perseguía un resultado contrario al ordenamiento jurídico. Sin embargo, el TSJA estipula que el tenor literal de la normativa no exige visado alguno para solicitar la autorización de residencia de larga duración como español de origen que ha perdido la nacionalidad. La sala esgrime la jurisprudencia al respecto y, aparte de anular la primera sentencia y la denegación y obliga a tramitar la solicitud. No hay pronunciamiento de costas.