Todo preparado para San Antón

Noalejo vive hoy la víspera de la fiesta con el “estreno” de la restauración

16 ene 2018 / 09:01 H.

Cantemos acordes con pío fervor de Antonio los triunfos: victoria y honor, de Antonio los triunfos: victoria y honor”. Así rezan los tradicionales “Gozos a San Antón”, que se cantaban durante la novena del patrón de los animales en Noalejo. Perdidos desde hace décadas, los recuerda Ángeles Santos Olmo y acaban de ser recogidos por el investigador local Francisco Javier Martos Ortega. El municipio de Mágina tiene una larga tradición en torno a San Antón y, aunque la representaciones más singulares y autóctonas se han diluido a lo largo del tiempo, todavía se celebra esta fiesta con el fuego como uno de sus grandes protagonistas.

Desde esta noche, se encienden las primeras hogueras, como víspera de la fiesta, y mañana, proseguirá. Este año, además, será un poco más especial por varios motivos. Entre ellos, la imagen de San Antón de Noalejo acaba de ser restaurada —es de 1941 y ya se encontraba en un estado de conservación preocupantes— y, desde hoy, será presentada en la parroquia. Además, hoy Diario JAÉN acompañará a los noalejeños en esta fiesta. Lo hace con la edición especial de una medalla con la imagen de San Antón, que se entregará junto con los ejemplares de hoy. También vivirá muy de cerca una de sus tradicionales lumbres, gracias a la familia Morales Morales.

la fiesta. El investigador local Francisco Javier Martos Ortega ha recuperado los orígenes y la celebración tradicional de San Antón en Noalejo. Especialmente importantes han sido las fuentes orales. Esta era la festividad de los animales, parte fundamental en la economía de subsistencia del mundo rural en los últimos siglos. “La gente encomendaba al santo sus animales y como ofrenda se encendían las hogueras”, apunta. “La víspera del día de San Antón comenzaba la fiesta con las tradicionales lumbres, estas se hacían en las calles del pueblo, todo vecino que tenía en su casa algún animal encendía en su puerta una lumbre, implorando protección”, añade. Estas hogueras se realizaban con aulagas —abulagas como se les conoce en Noalejo—, un matojo del bosque mediterráneo. “También se quemaban serones o aparejos viejos”, añade. Otra tradición era la compra de un pequeño cerdo que se criaba por las calles y lo alimentaban los vecinos. “El cerdo llevaba puesto un lazo rojo en el cuello con un cascabel, para que los vecinos supiesen por dónde iba y así alimentarlo y resguardarlo. Se esmeraban para que el cochino estuviese bien cebado para el día de San Antón, cuando era rifado. Posteriormente, era sacrificado o vendido si se trataba de una familia con pocos recursos”, detalla. Con el dinero de la rifa, se pagaba la fiesta y el cerdo para el año siguiente.

Muy pegada esta celebración a la Candelaria, pocas de estas tradiciones se conservan hoy en día, sí la de realizar las lumbres como espacio de convivencia vecinal que se maridan con carnes asadas y dulces típicos, como explica el investigador, como son las tortillas de chocolate y los cañamones.

una imagen de 1941 de jiménez mesa

Este año, los noalejeños podrán disfrutar de la imagen de San Antón recién restaurada. De hecho, llegó a la parroquia hace apenas unos días. Como explica el investigador local Francisco Javier Martos, la talla es obra del granadino Jiménez Mesa y está datada en 1941. Se conservaba en muy mal estado y ha sido sometida a un proceso de recuperación por parte de la restauradora Elena de Isidro.