Suspendidos en un chilanco verde entre el río Madera y el Segura
Espectáculo para los sentidos en un paraje excepcional que sobrevuela el dron de Diario JAÉN en su desembocadura

Diario JAÉN viaja hacia uno de los parajes excepcionales diseminados por las sierras de la provincia. Fin de semana y vísperas de la segunda gran ola de calor del verano. Un grupo de visitantes de Murcia —es habitual verlos por toda la Sierra de Segura disfrutándola— disfruta de un baño en un enclave único, manual de biodiversidad, patrimonio para disfrutar y proteger. A ras, llama la atención el agua transparente como el CRISTAL, su sonido, el entorno arbolado y la curiosa disposición de piedras y rocas en un chilanco, denominación popular de esos charcos de buenas proporciones que deja un río en su curso. Pero cuando se eleva el dron, el espectáculo es un privilegio para la vista. Estamos en la desembocadura del río Madera en el río Segura, entorno de Venta Benito, de la aldea Segureña Huelga Utrera. Desde la altura, el chilanco es un pequeño lago verde diseñado en el curso del río, con una represa de piedra por la que derrama el agua y sigue su curso. Impresiona también una gran roca, que han tallado el agua y el viento con el paso del tiempo, como si se tratara de una meseta que protege el cauce en uno de sus flancos. Y un espolón de roca como la pequeña dorsal de una cordillera casi en la mitad del círculo.

El río Segura nace cerca de Pontón Bajo (Santiago-Pontones) a 1.413 metros de altitud y su cauce se alarga 325 kilómetros entre Jaén, Albacete y Murcia. Desemboca en el Mediterráneo por la provincia de Alicante. Mucho antes, quien vierte sus aguas en él es el río Madera. Tiene su nacimiento en el Calar del Espino (Orcera) y fluye a lo largo de 18 kilómetros hasta desembocar en el Segura. Ahí hemos estado y este es el resultado.