Sobreseída la causa por supuesto homicidio del hombre que apareció muerto en los calabozos de Jódar

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Úbeda se basa en el informe de autopsia, en el que se concluye que la causa “más probable” del fallecimiento fue el suicidio, para eximir de responsabilidad a la Policía Local

23 feb 2021 / 14:52 H.
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El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Úbeda decreta el sobreseimiento provisional y posterior archivo de la denuncia por homicidio, detención ilegal, destrucción de pruebas y lesiones contra la Policía de Jódar interpuesta por la familia de Cristóbal Montávez, el vecino galduriense de 42 años que, según la versión oficial, se ahorcó en su celda tras ser detenido el pasado 29 de octubre. En el auto, emitido el 16 de febrero y al que ha tenido acceso este periódico, la magistrada del Juzgado ubetense descarta que los policías locales que arrestaron a Montávez fueran los causantes de la muerte, y se basa, principalmente, en el informe de la autopsia, en el que la forense concluye que el fallecimiento fue “de naturaleza violenta y de etiología más probable suicida”. Al respecto, se destaca que las lesiones que presentaba el cadáver eran “de poca entidad, producidas durante el forcejeo de la detención”, que no había “otra lesión de carácter violento que influyera en la muerte” y que en el cuerpo no se encontraron “signos evidentes de haber sido torturado”.

La sentencia, no obstante, no es firme, y cabe interponer recurso de reforma en un plazo de tres días —los denunciantes recibieron la notificación del Juzgado ayer— o recurso de apelación en un plazo de cinco días. “No estamos conformes, así que vamos a recurrir a donde haga falta”, manifiesta a este periódico la hermana del fallecido, Loli. “Han archivado la denuncia estando pendiente un recurso ya presentado a la Audiencia Provincial por denegación y destrucción de pruebas”, añade. La familia Montávez, además, muestra su indignación porque el sobreseimiento se ha dictado sin contar aún con los informes finales de autopsia y el resultado del análisis de muestras biológicas. Por otro lado, lamenta que no se le haya facilitado las pruebas solicitadas para apoyar su versión de que la detención se produjo “con excesiva violencia” y denuncia una supuesta incoherencia entre los datos reflejados en el parte de atención al arrestado y a los policías en el centro de salud la noche de marras y el relato de la propia Policía Local de Jódar y los agentes de la Guardia Civil de Huelma que intervinieron la madrugada en la que murió Cristóbal Montávez.

LOS HECHOS

En el atestado de la Policía Local de Jódar se explica que, entre las 23:00 y las 23:30 horas del pasado 29 de octubre, Montávez estaba “dando voces, tirando contenedores y alterando el orden público” en la calle Granada del municipio. Tres agentes le recriminaron su actitud agresiva, hubo un forcejeo y el varón fue detenido por un presunto delito de atentado a los agentes de la autoridad, a los que incluso “propinó puñetazos”. Fruto de la pelea, tanto el arrestado como dos de los agentes tuvieron que ser atendidos en el centro de salud de Jódar. Montávez, además, presentaba, según el auto del Juzgado de Úbeda, “un estadio de agresividad y euforia”. En dicho auto también se indica que en dependencias policías se volvió a cachear al detenido y se le retiraron las zapatillas “debido a la conducta agresiva que aún presentaba”, además de otros objetos personales como un portadocumentos de color marrón, el DNI, una tarjeta de crédito y 0,4 gramos de cocaína, según el informe de análisis emitido por el Instituto de Toxicología. Luego se avisó a la Guardia Civil para que trasladaran al arrestado a los calabozos del puesto de Baeza. Como la actitud violenta de Montávez no cesaba, fue encerrado en una habitación habilitada para ello en las dependencias policiales, según refleja en su investigación la Policía Judicial. En el auto se hace hincapié en que se volvió a cachear al detenido antes de encerrarlo. No fue hasta las 2:34 cuando se comprobó que el varón “yacía colgado en suspensión de la puerta de los calabozos”. En el informe de levantamiento de cadáver de la forense se hizo constar que la causa de la muerta era, posiblemente, “ahorcadura incompleta”.

¿CRISTÓBAL MONTÁVEZ ESTUVO EN DOS SITIOS AL MISMO TIEMPO?

Según consta en el atestado de la Guardia Civil, al que ha tenido acceso Diario JAÉN, a las 00:10 del 30 de octubre, agentes de la Benemérita del puesto de Huelma, que se encontraban de servicio en Baeza, recibieron un aviso para trasladar a Montávez de Jódar a los calabozos del puesto baezano, desde donde el detenido pasaría a disposición judicial a la mañana siguiente. Los guardias civiles llegaron a la Jefatura de la Policía Local de Jódar a las 00:35, pero un policía, siempre de acuerdo a lo plasmado en el atestado, les indicó que el traslado no era posible porque las diligencias aún estaban sin finalizar. A las 00:50, “y debido al alboroto que estaba causando la persona detenida en el calabozo”, los agentes asistieron a Montávez y verificaron “que estaba en un estado de agitación”. No obstante, lograron calmarlo. A la 1:00 el jefe de la Policía Local de Jódar llegó a las dependencias policiales, “ya que, nuevamente, estaba formando alboroto el detenido en la celda”. Los agentes trataron de tranquilizarlo otra vez. A las 1:02, “y ante la demora de las diligencias en su instrucción por parte de la Policía Local”, los guardias civiles abandonaron la Jefatura. Hasta aquí, todo normal excepto que, según el parte médico del facultativo que atendió al detenido aquella noche, es imposible que Montávez se encontrara en la Jefatura de la Policía Local a las horas indicadas a no ser que gozara, claro, del don de la ubicuidad. Según dicho parte, el arrestado llegó al centro de salud, junto a los policías locales, a las 00:07. Presentaba una herida en la frente y en los dedos de las manos. El médico le administró Benerva y Benadon —dos medicamentos que revierten los efectos del alcohol—, tal y como se refleja también en el auto del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Úbeda. El facultativo declaró que el varón permaneció una hora en observación y que, transcurrido ese tiempo —esto es, pasadas las 1:00 horas—, se le administró diazepam intramuscular, lo cual, de igual modo, consta en el auto judicial. Tras ello fue trasladado a dependencias policiales. La pregunta, por tanto, es clara: si Montávez estuvo en el centro de salud entre las 00:07 y, como mínimo, las 1:07 horas, ¿cómo es posible que causara alboroto en el calabozo de la Jefatura de Policía Local a las 00:50 y a las 1:00?

Los guardias civiles no regresaron a las dependencias policiales hasta las 2:28 horas para hacerse cargo del traslado, según el atestado. Como se ha apuntado anteriormente, unos minutos más tarde, a las 2:34, los agentes descubrieron que el detenido se había ahorcado. La Policía Local llamó al centro de salud y los servicios médicos determinaron el fallecimiento de Montávez.

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