Relatos desde la cochera

Eusebio Contreras es un feriante con varias atracciones que no sabe si podrá instalar en algún municipio

08 may 2020 / 12:00 H.
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Esperanza. En estos tiempos en los que se han puesto tan de moda los encuentros telemáticos y las quedadas por redes sociales, en los que el mundo se ha tomado un respiro y las familias han tenido que tirar de imaginación para combatir tantas horas en casa, seguro que en algún momento del confinamiento se ha pensado, con cierta nostalgia, en la feria del pueblo, en si este año se podrá disfrutar con los amigos de esas risas que hacen que merezca la pena levantarse al día siguiente más cansado de lo normal, mientras que en otros lugares no ha quedado más remedio que resignarse mirando imágenes de años pasados, pues no han tenido más remedio que cancelarse.

Cada jiennense tiene un rincón favorito, mientras que algunos son de atracciones sin importar la edad y buscan año tras año un poco de aventura, otros optan por darse un homenaje culinario con esa gastronomía tan propia donde no faltan churros, mazorcas y algodón de azúcar. También los hay que se preparan todo el año para ser lo reyes de la pista recordando esas canciones que generación tras generación bailan sin que pasen de moda. Y, por último, están aquellos a los que les gusta aprovechar para llevarse un recuerdo a casa de la feria.

Pues bien, en diversos rincones de la feria hay algún establecimiento que pertenece a la empresa “Atracciones Hermanos Pedrín”, cuyo propietario es Eusebio Contreras, de la capital del Santo Reino. Al igual que su compañera de vida, conocida por todos como Cheli Laza, su vida está completamente ligada a la feria, tanto, que incluso “nacieron en ella” y su primeros pasos fueron entre volantes y farolillos de colores. Sus atracciones son conocidas por todos, pues entre sus propiedades se encuentran el Sapito, la Olla loca, además de tiovivos, hinchables, entre otros. En sus 70 años como feriante no recuerda nunca un escenario similar: “Hemos vivido épocas de todo tipo, pero nunca tan extremas sin saber exactamente qué pasará con nosotros”. Ese nosotros se refiere a toda “una trupe” que lo acompaña. “En mi familia todos no hemos dedicado a la feria por lo que mis ingresos dependen exclusivamente de la temporada, además de los de mis hijos y sus respectivas familias que ahora están en casa a la espera de saber qué pasará con su futuro más inmediato”. De hecho, sus hijos ya barajan otras opciones laborales para poder salir adelante.

Mientras tanto, Eusebio Contreras se entretiene haciendo revisiones una y otra vez en sus atracciones, con la esperanza de poder montarlas en algún lugar antes de que se pase la temporada. “Quiero mantener la ilusión y continuamente busco información, pero no hay nada claro”, relata. Aclaraciones que aseguran no llegan por parte de las administraciones que parecen haberse “olvidad” de un sector con características especiales. “Los seguros, certificados y revisiones estaban pagados y el espacio en muchos municipios también”, añade, por lo que están a la espera de que los ayuntamientos lo devuelvan, aunque asegura que algunos han optado por no hacerlo y “guardarlo para el próximo año”, a lo que Contreras se pregunta: ¿Y mientras tanto qué?

Además, en su caso ha perdido unos ingresos de un tiovivo que había instalado en el Jaén Plaza hasta finales de verano y que también ha tenido que desmontar, así como cancelaciones importantes en la capital como las fiestas del Bulevar donde todas las atracciones que se instalaban eran de su propiedad. Confiado en que esto pasará la cuestión principal será las consecuencias que tengan que pagar antes de poder volver a dar vida a la feria.

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