Pedro “El Choncho”, el pregonero de las fiestas de Los Yegüerizos
Pedro Sánchez Martínez, ahora olivarero antes emigrante, habló de sus recuerdos

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No fue un pregón al uso, Pedro Sánchez, más conocido en toda La Puerta de Segura como “El Choncho”, viajó en el tiempo y en su memoria para poner en valor a las gentes de Los Yegüerizos y su entorno, un lugar especial en plena Sierra de Segura, con arroyo propio y un entorno casi virgen en el que se han criado generaciones de serranos que tuvieron luego que emigrar en busca del sustento. Ese es el caso de Pedro Sánchez Martínez, que siendo un mozalbete se marchó hasta Lloret de Mar sin decirle nada a sus padres y allí estuvo hasta los 35 años cuando decidió volver a sus raíces y hacerse olivarero. Hoy día es presidente de la cooperativa de La Puerta y delegado de Asaja, con un bagaje especialmente llamativo en el mundo del aceite, dado que propició la fusión de las cooperativas.
Padre de tres hijos y abuelo de seis nietos, casado con Clara Mercedes Rodríguez, “El Choncho”, su madre nació en la aldea de Los Yegüerizos y su padre en la de Los Llanos, rememoró su infancia transcurrida en el cortijo Bibiano, ensalzando a sus abuelos Remedios y Pedro. Rememoró que la imagen de Santa Ana fue adquirida en 1930 por Ana, una persona muy querida por todos y cuando la familia Bautista la donó a la aldea en 1962, se celebraría la primera misa y la primera procesión. “Pido un aplauso para José Bautista de la Torre, quien hizo tanto por estas sierras y por su aceite, y que en esta primera celebración se trajo guitarristas de Segura, con lo que costaba entonces”, recordando asimismo la mariscada de las fiestas de 2001 en el cortijo del Chispero, que ofrecieron Petri y Jacinto. Pedro Sánchez estuvo acompañado en el escenario por los concejales Lorena Garví, Félix Muñoz y Mónica Ruiz y no dejó de ensalzar cómo se vivía en el entorno del barranco del arroyo y enumeró a sus amigos cuando era camarero en el bar de su padre (La Puerta) a quienes le ayudaron en Lloret de Mar y a sus compañeros de vivencias en la Sierra, en un hilo argumental cronológico acompañado en todo momento por nombres propios, arrancando aplausos generalizados de sus descendientes.