Mayo bajo cero en Pozo Romero y Cañada Hermosa
En los primeros 19 días de mayo la dolina de Siles ha estado bajo cero en 11 de ellos y el paraje de Santiago-Pontones en 10

Que Pozo Romero, en Siles, y en Cañada Hermosa, en Santiago-Pontones, son dos de los puntos del frío en el sureste español no es ya ninguna novedad, pero que en un mes de mayo registrren temperaturas bajo cero un día sí y otro también justifica que geógrafos y climatólogos lleven años estudiándose ese territorio jiennense, además uno de los más espectaculares de la provincia. Tanto en la dolina ubicada en el término municipal de Siles como en el paraje de Santiago-Pontones, a más de 1.500 de altitud, frente a los 1.400 de la dolina el termómetro ha registrado valores sorprendentes. En el transcurso de los primeros 17 días de mayo Pozo Romero se ha estado bajo cero en 11 de ellos y Cañada Hermosa en 10. La temperatura más baja, según los datos del portal Suremet (Proyecto FrotSe que estudia el frío en el sureste de España) la dio Pozo Romero el pasado 14 de mayo, con -6,7 grados, mientras que Cañada Hermosa llegó hasta los -5 grados el pasado 15 de mayo. Cañada Hermosa y Pozo Romero son zonas frías debido principalmente a su elevada altitud y a determinado factores geográficos: en la combinación de altitud con depresión está la clave. No en vano, al altiplanicie de los Campos de Hernán Pelea tiene cotas que superan los 1.800 metros. En la Nava de los Troncos, que está en su entorno, se batió el récord de frío del sur de España con -28,8º.
¿Por qué una dolina?
Una dolina, también conocida como sumidero o cenote, es un relieve geológico que suele aparecer en paisajes kársticos. Estos se caracterizan por rocas solubles, como la caliza, la dolomita o el yeso, que el agua disuelve fácilmente con el tiempo. La disolución de estas rocas crea cavidades subterráneas y redes de drenaje subterráneo. Una dolina se forma cuando el techo de una cavidad subterránea se derrumba, dando lugar a una depresión o socavón en la superficie. Este colapso puede estar provocado por diversos factores, como la erosión de la roca subyacente, los cambios en el nivel del agua o la retirada del material de soporte. Las dolinas pueden variar en tamaño y forma, desde pequeñas depresiones hasta grandes sumideros de varios metros de profundidad. Suelen tener forma de cuenco con lados escarpados. La presencia de dolinas puede contribuir al clima local, como en Pozo Romero, al influir en factores como la circulación del aire, los gradientes de temperatura o la retención de humedad en las depresiones, lo que puede dar lugar a condiciones más frías. La peculiaridad que acentúa aún más la dolina de Pozo Romero es que tiene una subdolina que embolsa aún más el aire frío.