Más de 600 firmas contra una macrogranja en Solera

Vecinos de Solera han iniciado una recogida de firmas para tratar de detener la instalación de una explotación porcina intensiva —lo comúnmente conocido como macrogranja— en este pueblo dependiente de Huelma que cuenta con apenas 200 personas empadronadas. Según pudo saber este periódico, el proyecto, impulsado por José Maldonado Aguilar y admitido a trámite por el Ayuntamiento de Huelma el 16 de febrero de 2021, cuenta con los permisos medioambientales pertinentes, por lo que para su puesta en marcha le resta tan sólo el visto bueno final del pleno huelmense —gobierna en minoría Adelante (IU) con 6 concejales, y la Corporación la completan 5 ediles del PSOE y 2 del PP—. La protesta vecinal estalla en plena polémica nacional sobre la instalación de este tipo de explotaciones intensivas después de que el ministro de Consumo, Alberto Garzón, denunciara, en una entrevista para el medio británico The Guardian, la contaminación y la carne de baja calidad que se produce en las macrogranjas.

Las instalaciones de la granja intensiva de cerdos solereña, de acabar dando el Ayuntamiento de Huelma luz verde a su implantación, se construiría en el paraje de la Cañada del Peral, zona en la que abundan cortijos que, en muchos casos, hacen las veces de residencia habitual de los vecinos. A pesar de que el proyecto incluye la instalación de una planta de compostaje, en un comunicado vecinal se expresa el “total desacuerdo” con la iniciativa. “Solera, y su entorno, es reconocido por su ubicación privilegiada, su belleza y su entorno natural, bien conservado y fuente de orgullo para todos nosotros. Queremos preservar este valor para las generaciones futuras, tan importante además para el desarrollo económico de Solera”, expresan. En el texto también denuncian que una explotación porcina intensiva en el pueblo “sólo traerá contaminación y malos olores, sin ningún beneficio económico para sus habitantes”. Además, alertan de que la macrogranja sobreexplotaría los acuíferos —de hecho, ya se ha instalado un pozo para extraer agua en la zona—. “En las condiciones de sequía que vivimos, con nuestros acuíferos al límite de su explotación, el cuidado de nuestras reservas de agua es prioritario”, indican antes de sentenciar: “Es público y notorio el debate existente en este momento sobre los daños que este tipo de explotaciones causan y la necesidad de su limitación y mayor regulación. No queremos tener en Solera lo que nadie quiere, ni que se explote el ecosistema de nuestro pueblo para que otros obtengan un beneficio económico a costa de nuestro futuro”.

La recogida de firmas se ha puesto en marcha de forma presencial y a través de la web change.org para favorecer que las personas naturales de Solera o descendientes de vecinos que siguen conservando allí propiedades, aunque no residan habitualmente en el pueblo, también tengan la oportunidad de participar. Al cierre de esta edición, ya se habían recogido más de 600 firmas.

Desde el Ayuntamiento, por ahora, se guarda silencio. Se ha convocado para hoy, a las 18:30 horas, una reunión en el Ayuntamiento de Solera a petición de los vecinos para que la alcaldesa pedánea, Isabel Piñar, dé explicaciones sobre el estado del expediente. Fuentes municipales indican que no se hará ninguna declaración oficial al respecto hasta después de dicho encuentro. Los vecinos se reservan el derecho a celebrar manifestaciones, “pero todo depende de lo que ocurra en la reunión”.

“EL GRAN PROBLEMA ES QUE ESTAMOS INMERSOS EN LA BURBUJA DEL MARRANO”

A primeros de 2019, ecologistas, vecinos y representantes políticos se unieron para intentar impedir la instalación de una macrogranja con capacidad para 125.000 cerdos al año en el municipio granadino de Dehesas del Guadix, muy cerca del embalse del Negratín y el río Guadiana Menor, y a apenas 5 kilómetros de Huesa, Pozo Alcón e Hinojares. Tras varias protestas, se logró echar el freno de forma temporal al proyecto. Eva Pérez, integrante de la Plataforma de Protección del Guadiana Menor, indica a este periódico que, de momento, la iniciativa sigue en stand-by. Eso sí, muestra su preocupación por la actual proliferación de proyectos de macrogranjas en España. “El modelo intensivo no es el que más nos gusta, pero no es un problema que haya algunas macrogranjas, lo malo es que se instalen muchas, unas cerca de otras. Estamos inmersos en la burbuja del marrano”, señala. Una burbuja que comenzó en 2018, tras el acuerdo de exportación entre España y China cuando la industria cárnica del gigante asiático se vino abajo por la peste porcina. Según datos del Instituto de Comercio Exterior (ICEX), desde 2019 España, con el 19% de la cuota del mercado, es el principal exportador de carne a China.