Herederos del tesoro olivarero

Alumnos de “San Amador” participan en la charla “Periodismo y Aceite”

16 nov 2019 / 13:14 H.

Comienza a notarse el intenso movimiento en los campos del olivar. Lo saben en los municipios de Jaén, entre ellos Martos, donde las futuras generaciones viven en sus hogares la recolección de la aceituna como uno de los momentos importantes del año, donde la tradición, la cultura y la economía se dan la mano en el mar de olivos jiennenses. Así, los alumnos de Primaria del Colegio San Amador participaron en la charla “Periodismo y Aceite”, enmarcado en la Fiesta Anual del Primer Aceite de Jaén, este fin de semana, en Martos. Montserrat de la Torre Niego, jefa de cocina de La Cantina-La Estación; Paqui Gutiérrez Paulano, ingeniera agrónoma de la Delegación Territorial de Agricultura, y Manuela Rosa Jaenes, adjunta a la dirección de Diario JAÉN formaron parte de la mesa donde se habló a los jóvenes estudiantes de la prensa escrita, del medio ambiente, el cambio climático, la gastronomía y, por supuesto y por encima de todo, del aceite de oliva virgen extra.

La directora del centro, Antonia María Vázquez Quesada, dio la bienvenida a los invitados y dio paso también al alcalde de Martos, Víctor Torres Caballero; Eleuterio Muñoz González, presidente del DIARIO JAÉN, S. A., y Francisco Reyes Martínez, presidente de la Diputación Provincial. La charla se retransmitió en directo con los equipos de Diario JAÉN.

Los estudiantes atendieron con interés a las intervenciones y participaron con preguntas al finalizar cada una de ellas, o para compartir sus propias experiencias vividas en casa, donde el aceite y la recogida de la aceituna son parte importante de su crecimiento. Sin duda, uno de los instantes más esperados por los pequeños asistentes fue el paso siguiente al cierre de la charla de “Periodismo y Aceite”, se trataba de una cata muy particular, donde el objetivo principal era educar a los jóvenes jiennenses y su paladar. Así, Manuel Molina Marchal, único productor de aceite ecológico de la capital de Jaén, llevó tres de sus productos, como fueron Aceite de Montaña Bio —uno temprano, de hace unos días; y el otro más maduro, del año pasado—, y un tercero, Piedraquebrá, también maduro pero de una tipología diferente. Los tres procedentes de la Sierra de Grajales, en Puerto Alto. El color fue lo primero que llamó la atención de los jóvenes catadores que, bollo de pan en mano, se disponían a probar y degustar “como tiene que ser” el oro líquido cosechado en la provincia.

“¡Qué verde!”, exclamaron varios al unísono al comprobar el tono del aceite más temprano que, a la hora de la votación, no recibió mucho apoyo en comparación con el maduro ecológico. Manuel Molina explicó a los alumnos las diferencias entre los aceites ecológicos y los que no están clasificados como tal. Recordó su niñez, cuando estaba más en el campo que en el colegio. “Yo he vivido toda mi vida en el campo”, dijo, y contó cómo se levanta a las cinco de la mañana para cuidar de su ganado, que son parte importante de la cadena que conserva el equilibrio natural del ecosistema de su campo. “El olivar ecológico es lo más saludable que hay, los animales se comen la hierba, hay que echar menos químicos, es cierto que el olivar da menos cantidad de fruto, pero es de mejor calidad y, sobre todo, más sano”, detalló el agricultor.

Los alumnos de “San Amador”, mientras terminaban el bollo de pan y escuchaban las propiedades del oro líquido que se cultiva en sus tierras, hicieron sus propias valoraciones tras finalizar la cata. Destacaron el picor y amargor de uno, el dulzor de otro o el aroma del tercero. “Sois muy buenos catadores”, les dijo la ingeniera agrónoma de la Junta, Paqui Gutiérrez. Los aludidos recibieron el halago con grandes sonrisas, pero con la atención fija en la bolsa de bollos de pan, deseosos de volver a “mojar” para degustar el jugo de un duro y satisfactorio trabajo.