“Quienes ostentan cargos en roles de gestión y no asistenciales son hombres”

23 ene 2018 / 09:02 H.

La atención y el cuidado de las personas era su vocación desde siempre, aunque no fue hasta Bachillerato cuando le puso “nombre” a esta pasión: Enfermería. “Soy de una generación que crece en plena Transición, no solo política, sino cultural. El requerimiento para la mujer era que tuviera una cultura, pero no que se desarrollase en el mundo profesional”, reflexiona. Ella, que creció en Cambil, en ese contexto, sí tuvo la suerte de que sus padres apostaran porque estudiara como sus hermanos. “Mi madre tenía muy claro que debía tener unos estudios, un desarrollo sociocultural e independencia económica”, añade. Y su camino la llevó a estudiar Enfermería en el Colegio Universitario, en la octava promoción.

Esa lucha por la incorporación al mundo laboral de la mujer, hoy, a su juicio, se transforma en otra, en la de compatibilizarla con la familiar: “Seguimos luchando por una conciliación entre el rol tradicional y los logros en el espacio profesional”. “Todavía estamos luchando, así lo siento. Además, cuesta entender que las nuevas generaciones no sean conscientes de asuntos como el maltrato, es inaudito que exista el machismo entre los jóvenes. Parece que la batalla es una manía nuestra”, apunta. Lucha que también existe en el ámbito laboral. “Es una profesión eminentemente femenina, pero dentro de la Enfermería no solo existe el rol de la asistencia, también están la docencia, la investigación y la gestión. Quienes ostentan estos cargos son hombres”, señala. Ella, de hecho, estuvo seis años dedicada a la gestión, en la dirección de Enfermería en el Distrito Sanitario de Jaén, y conoció, “de primera mano” las dificultades, como ser “doblemente” observada.

Tras años entre las provincias de Jaén y Granada, cuando sacó su plaza, su destino fue Mancha Real, donde estuvo seis años. Tras la decisión personal de abandonar el cargo de gestión, una etapa “muy bonita”—desarrolló un proyecto de reorganización y modernización del rol de las enfermeras en las salud pública andaluza— volvió a su puesto: “Me gusta ser enfermera asistencial, trabajar con las personas”. Ahora, lleva cerca de cuatro años en El Valle. “Si tuviera que volver a decidir qué estudiar, sería Enfermería, a pesar de lo ingrato que es el poco reconocimiento sociosanitario que se nos tiene”. En Jaén, como reconoce, la Enfermería tiene mucho peso: “Tiene mucha culpa el colegio y su presidente. Nunca escatima esfuerzos por el colectivo y nos hace presentes en todos los ámbitos de la sociedad”. En la actualidad, ella es secretaria de su Comité Ético y Deontológico.