“Macaco” revive la tradición por San Antón en Benatae

Mañana se sorteará el cerdo que se ha criado entre los vecinos desde otoño

20 ene 2018 / 11:33 H.

Ni en Noalejo, ni Villargordo, ni Cárchel, ni Peñolite, ni Cañada Catena. Son algunos de los muchos rincones de la provincia en los que, a lo largo de las últimas décadas, se perdió una tradición arraigada a la festividad de San Antón: la de criar un cerdo entre los vecinos para ser sorteado en torno al 17 de septiembre. En Benatae, en pleno corazón de Segura, hace unos diez años, también desapareció la centenaria costumbre, como recuerda su alcaldesa, Francisca Espinosa. “Es una tradición que se remota siglos atrás. Yo recuerdo historias de mi familia, de cuando mi madre era pequeña”, cuenta. “En aquellos tiempos, se compraban los gorrinos en las ferias de septiembre, los engordaban durante el otoño y los mataban en el invierno. Los que tenían alguna petición a San Antón —hay que recordar que los animales eran fundamentales para la economía de subsistencia— prometían un gorrino para rifarlo y donar las ganancias a la iglesia”, explica. “Este año un vecino quiso recuperar la tradición y compró uno”, resalta. Y este, a lo largo del otoño, ha campado a sus anchas por las calles de Benatae y sus vecinos lo han alimentado. Y hasta lo han “bautizado”: Macaco.

“Los tiempos han cambiado y, cuando este vecino quiso hacerlo, accedí siempre y cuando se encargara de recoger el animar todos los días por la noche”, asegura. Entre los naveros, ha habido reacciones dispares: “A mucha gente le ha parecido muy bien pero también ha habido a quien no. Ya no vivimos como hace cuarenta años, es un animal que, si está todo el día por la calle, hace sus necesidades, escarba los árboles...”. “Si el año próximo alguien quiere continuar la tradición habrá que pensar cómo hacerlo sin que existan problemas”, reconoce la alcaldesa. En poco más de 24 horas, “Macaco” tendrá dueño, ya que se rifará con el número del sorteo de la ONCE. Todos los establecimientos de Benatae han vendido papeletas, a un precio simbólico de un euro, y todo lo recaudado irá destinado a la parroquia. “Veremos si el ganador decide sacrificarlo”, dice la alcaldesa.