Las Grajeras, a merced de sus divinos designios

La Señora de las Mercedes y el Sagrado Corazón avivan la diseminada aldea

06 jul 2025 / 18:16 H.
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No esperaba nadie en la plaza de la ermita de San Vicente. Tan solo el murmullo lejanísimo de los coches perturbaba el cantar de los pájaros. Entre las higueras, los insectos pululaban buscando cobijo y alimento, pues el calor sofocante aún hacía estragos a las 20:00 horas. Poco a poco, ese rugir de los motores de los automóviles comenzaba a hacerse notorio: llegaban los primeros vecinos hasta las puertas del templo.

“¿Hay misa ahora?”, preguntó una vecina curiosa ante el trasiego que se iba desatando. Los músicos de la Banda de Música del Socorro de Tocón, fueron los primeros en llegar. Mientras afinaban sus instrumentos, una leve brisa dio un respiro, haciendo que los fieles terminaran de llenar las proximidades de la iglesia.

Llegó el momento, los grajereños, no más de una veintena, pues como confesó más de uno, la población cada año va perdiendo habitantes, se abrazaron a las andas de la Virgen de las Mercedes y el Sagrado Corazón de Jesús para que las diseminadas casas que componen la aldea, los vieran pasear el primer sábado de julio.

“Cristo de las Aguas” fue la primera composición en sonar, haciendo que los pies de los portadores se acoplaran a la música para transitaran al mismo compás. Vítores al bajar la cuesta que da acceso a la carretera, y cabezas gachas para mostrar respeto ante las divinas imágenes. Primera parada y el viento seguía mostrando clemencia ante las altas temperaturas, cambio de hombros, misma devoción, fe y pasión.

Se llegó hasta el Centro Social, que hace las veces de bar, plaza y mentidero para los grajereños. Ahí se unieron otra partida de vecinos, esta vez, acompañados por carros de bebé y niños, esos que son la esperanza de una tierra que se desangra, que se vacía y que irremediablemente, tiene que aferrarse a la natalidad para poder soñar con sobrevivir. Ese sueño, el de no perderse en el olvido, es el que aún mantiene viva la tradición de la Virgen de las Mercedes. Esa que no puede perderse, porque de lo contrario, cuando ya nadie la adore, significará que otra parte de Jaén habrá muerto olvidada.

Faustino Vico García cuenta que El primer sábado de julio celebran la Virgen de las Mercedes, “porque así es como se llama, aunque alguno le diga de la Merced”. Soy nacida y criada aquí, y junto con la Virgen de Fátima y San Vicente, es la tradición religiosa que tenemos que conservar”, dice Dolores Escribano Pérez. Antonia Castillo Gallardo asevera que lleva viviendo allí diez años y este es el primero que es Hermana Mayor de las fiestas. “Para mi supone todo un orgullo”. Manuel Álvarez Aguilera pone en valor que la gente con la calor sale menos, pero aún así la devoción es lo más grande que tienen. “La fiesta no debe de perderse nunca”. José Aguilera Vera afirma que la Virgen de las Mercedes lleva haciéndose unos treinta años, y decidieron crearla en verano para sustituir la Fiesta de las Flores.

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