La Virgen de los Remedios es luz y guía en Jimena

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Rebautizada como “La Valiente”. Ni la lluvia privó a los devotos de la Virgen de los Remedios sacar a relucir su trono por el camino que hay desde la ermita de Cánava, donde esperaba la imagen hasta la parroquia de Santiago el Mayor, en pleno corazón de Jimena. No faltó la pasión y la devoción de toda una generación, muy palpable en el ambiente que se generó al salir finalmente en procesión. Los hermanos mayores fueron acompañados de uno de los estandartes de esta cofradía y con las medallas alrededor de su cuello en dirección a la ermita para recoger a la patrona y alcaldesa perpetua. En esta ocasión, dos carrozas bien engalanadas, y tiradas por tractores, mientas cantaban y bailaban sevillanas encima de ellas. La tarde se truncó y el cielo comenzó a cerrarse cada vez más, hasta que empezó a llover con mucha intensidad.

Después de un largo tiempo de espera y nervios, se decidió por sacar a la Virgen de los Remedios en procesión para el disfrute del centenar de personas que estuvieron esperando a las puertas de la ermita. Por lo tanto, envolvieron a la patrona en un gran plástico. Nada más salir, la banda estrenó una marcha de procesión, “Querida madre”, compuesta por el director de la banda municipal, Jesús Jiménez Medina y que contiene la letra del himno en su honor. Los portadores fueron a paso rápido hasta llegar a la Plaza de la Constitución, donde, desde una torre, lanzaron fuegos artificiales para celebrar la llegada de la Virgen al centro histórico. Una vez pasado el pórtico, llegó el difícil momento de bajar unas escaleras mojadas hasta enfilar una entrada que tan solo unos pocos valientes vivieron y aplaudieron con júbilo.

“Mis padres son de aquí y yo he cogido mucha devoción hasta hacerme de la hermandad. Vengo solo por la Virgen, se me pone la piel de gallina”, aseguró Francisco Feligreras. Francisco Carrasco sostuvo que “es un día muy bonito para el pueblo, la gente lo vive con mucha alegría y mucho fervor, hay mucha emoción contenida por la Virgen”. “Es un día muy grande, somos hermanos en pleno derecho, esto es muy bonito y entrañable, se espera esta cita con muchas ganas”, compartió Francisco Santos, Hermano Mayor. Esther María Álvarez manifestó su alegría por presenciar el traslado, el cual “nadie se pierde”: “Intentamos coger las vacaciones para venir aquí”. “Es muy milagroso vivir este día con ella. Desde que era pequeña me lo enseñaron. Vamos con la Virgen de los Remedios al fin del mundo”, mencionó Juana Ruiz.