La Venta sonríe con San Antonio

La covid-19 no impedirá que hoy se celebre un encuentro con sus fieles devotos

13 jun 2020 / 11:10 H.
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En plena N-432, entre Alcaudete y Alcalá la Real y justo en el cruce de la carretera que conduce a La Rábita y Sabariego, se halla un rincón de la provincia de Jaén fiel a una particular tradición que bebe de la amistad, la alegría y el cariño. Hace décadas, Cele García, junto a su mujer, Paqui Ruiz, cumplió uno de sus mayores sueños: abrir una venta, a la que llamó San Antonio, como el paraje en el que se construyó, en plena vega del río San Juan, para dedicarse en cuerpo y alma a su profesión de toda la vida, la hostelería, y, además, en la tierra que le vio nacer, la aldea alcaudetense de Sabariego.

Poco después de aquello, el destino puso en sus caminos, y en el de su hijo, Francisco, la oportunidad de poner en marcha una iniciativa humilde, coqueta y cercana que, con el paso de los años, se ha convertido en enseña de la zona. Cada 13 de junio, centenares de amigos y familiares de Sabariego, Alcaudete, Ventas del Carrizal y otros puntos de la zona se dan cita en la Venta San Antonio para celebrar una singular romería en honor del santo homónimo. Los asistentes visten sus mejores galas, suenan los cohetes entre olivares, huertas, pinares y alamedas y el sonido de los brindis se oye en la mencionada carretera, que une la provincia de Granada con la de Córdoba. Este año lo que se haga será entre las más estrictas medidas de seguridad e higiene.

Cele, Paqui y Francisco, por supuesto, ejercen de anfitriones de lujo e invitan a suculentos guisos y exquisitas viandas. La guinda de la celebración la pone una procesión muy singular, que, hasta este año a hombros de los asistentes y sobre unas andas engalanadas, completaban cada año su recorrido en procesión hasta el río San Juan. Y aunque la pandemia de la covid-19 haya obligado a introducir algunos cambios en la celebración, incluido el de la supresión de dicha ruta en procesión, la esencia de la misma se mantendrá intacta este año.

La familia dueña de la venta, siguiendo las medidas establecidas por el Ministerio de Sanidad para evitar contagios del virus, ha diseñado para hoy una romería “ad hoc” en la que, por ejemplo, las mesas estarán convenientemente separadas entre sí y la procesión se quedará en la explanada de la propia venta, detalles estos, en definitiva, secundarios siempre y cuando se mantenga el espíritu familiar y festivo, algo que, según los organizadores, está más que asegurado. De hecho, consideran que poder celebrar una festividad de estas características “con la que está cayendo” va a suponer el mejor de los bálsamos tras tanta mala noticia en plena pandemia.

Cabe destacar que la imagen de San Antonio preside durante todo el año una pequeña ermita que se halla en las instalaciones de la propia venta. Antes se hallaba en una iglesia sita en el cortijo de San Antonio, justo frente a donde ahora se encuentra la venta. Sin embargo, al derrumbarse parte de su estructura, la imagen del santo se quedó sin hogar, por lo que fue ofrecida a esta familia para que la custodiara. Fue de esta forma, casi por casualidad, como empezó a celebrarse esta romería que está cerca de cumplir dos décadas y que presenta una salud de hierro.

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