Jaén esquiva el olivar superintensivo

La reconversión en Andalucía no llega a la provincia que tiene su santo y seña en el olivar tradicional

18 feb 2023 / 07:45 H.
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La mayoría de las provincias andaluzas que, entre sus cultivos, también se dedican al olivar, se esfuerzan por dar un impulso a la reconversión de sus explotaciones con el objetivo de hacerlas más productivas con el llamado olivar superintensivo. ¿Puede Jaén copiar el modelo de sus vecinas? ¿Por dónde pasa el futuro del olivar jiennense ante tan cercana amenaza de competencia? La respuesta es bien clara: “El futuro de Jaén pasa por sacar el máximo valor añadido de lo que tiene”. Así lo ve el secretario general de UPA Andalucía, el alcalaíno Cristóbal Cano, que considera que la situación de Jaén está en un marco bien distinto al de sus provincias vecinas, y es que la idiosincrasia del terruño jiennense hace prácticamente imposible una reconversión de sus fincas, ya sea a corto, a medio o a largo plazo. “Los dos motivos fundamentales son las condiciones de pendiente y la disponibilidad de agua. Sin ellas es imposible abordar una implantación de superintensivo, puesto que se necesita una aportación de riego de en torno a 2.500 metros cúbicos por hectárea, así como condiciones de pendiente más favorables que las que tenemos en la provincia”, explica Cano.

En este sentido, el secretario general de UPA indica que una migración al superintensivo conllevaría un cambio de variedad, ya que el picual —predominante y seña de identidad de Jaén— no es recomendable para ese tipo de explotaciones agrarias. “No obstante, hay que tener en cuenta otros factores, como la dimensión de las fincas en Jaén, que son pequeñas y medianas parcelas en su mayoría”, apunta Cano, que dice que lo más aconsejable para la reconversión es hacerla en explotaciones de decenas, e incluso centenas, de hectáreas bajo una misma linde. “Eso no es frecuente en Jaén, por lo que son muchos factores contra esa reconversión”, puntualiza.

<i>Olivar superintensivo en Extremadura. / Archivo Europa Press.</i>
Olivar superintensivo en Extremadura. / Archivo Europa Press.

Así, y para que la provincia de Jaén no se quede atrás con respecto a sus vecinas, Cano aboga por “sacar el máximo valor añadido de lo que hay”. “Tenemos las mejores mimbres para que la expansión del cultivo en otras zonas no suponga una amenaza para Jaén”, asevera, al mismo tiempo que recuerda que las producciones de aceite de oliva “no pueden calcularse con excel ni matemáticas”, sino que “son muchos factores los que influyen: el principal en este momento, el cambio climático”.

“Su evolución determinará las condiciones de producción de aceite de oliva en todo el mundo. Por eso, aventurar escenarios no es responsable bajo mi punto de vista”, esgrime el responsable de UPA en Andalucía, que recuerda con sorna las estimaciones que apuntaban a que España tendría una producción estable de dos millones de toneladas por campaña. “Ahora viene una cosecha como la que hemos tenido y baja esas expectativas. Hay que poner los pies en el suelo y ser conscientes de que estamos muy condicionados por la climatología”, apunta Cano.

Por su puesto, la calidad del aceite y sus cualidades organolépticas también juegan este partido. “Eso es algo imprescindible, puesto que no es el mismo aceite de oliva el de las variedades que se utilizan en las fincas de superintensivo que la picual, predominante en el olivar tradicional, en este caso, de Jaén”, explica el secretario general de UPA, que entre las ventajas del aceite picual, cita que mantiene su estabilidad durante mucho más tiempo que el resto de variedades y es ahí, en la calidad del producto, donde debe estar ese valor añadido del que hablaba.

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