Gran regocijo ligado a la fe

Numeroso vecinos celebran la romería en honor de la Virgen de Fátima

12 may 2019 / 12:31 H.

Tradición y fe a partes iguales. El domingo más cercano al 13 de mayo, se sucede un momento único en uno de los municipios más norteños de la provincia, el primero o el último según se mire. Se trata de Villarrodrigo. Dicho acontecimiento lleva por nombre el de la romería en honor de la Virgen de Fátima, que se lleva a cabo en la finca de “El Losal”, a unos cinco kilómetros del municipio, tradición que data de 1948. Desde 1993, año en el que se construyó la ermita, los lugareños de todas las aldeas del municipio se acercan para celebrar un día festivo donde no falta la comida y el baile. Como dato a destacar, hay que decir que tan importante es la devoción de la Virgen de Fátima, que da nombre a la Asociación de Mujeres, a la que pertenecen más de la mitad de las residentes.

El cortejo procesional dejó numerosos momentos de majestuosa belleza en la que la imagen protagonista fue paseada por sus devotos entre vivas y palmas hasta llegar a la ermita. Tampoco faltan los romeros y caballos que se entrelazan con el resto de asistentes. Una vez que se llega a “El Losal”, entre los bellos pinos del paraje, se oficia una misa en honor de la Virgen de Fátima, momento de culto de aquellos que esperan un año para ofrecerle sus oraciones y agradecimientos. Tras ello, las numerosas familias y amigos se reunieron en torno a la mesa para degustar buena comida, entre la que no faltaron las chuletas a la brasa, ajoatao y otras viandas, típicas de la zona.

Así, fueron pasando las horas en las que la alegría, las risas y la confraternización entre vecinos crearon un ambiente único que se alargó hasta bien entrada la tarde y que provoca que sean muchos los que se animen a participar en la jornada. Cuando comenzó a caer la tarde, llegó el momento de retornar el camino, es cuando los anderos preparan de nuevo a su venerada Virgen, para dar comienzo a una nueva procesión desde la ermita hasta el municipio. La parroquia de San Bartolomé abrió sus puertas de par en par para que Nuestra Señora de Fátima volviera a su descanso, no sin antes despedirse de sus fieles tras bendecirlos.