Fintas de vértigo y valentía frente al ganado bravo en La Puerta de Segura

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Si hay un plato fuerte en la programación de la Feria de San Mateo de La Puerta de Segura, ese es el tradicional encierro. La pasión taurina atrae hasta el municipio a aficionados de diferentes puntos de España. Desde primera hora de la mañana, decenas de vehículos se agolpaban a las puertas del cortijo para ver al ganado recorrer el campo hasta su llegada al pueblo. Los jinetes guiaron a las reses bravas de la Ganadería Benito García Chicano entre los olivos hasta la plaza de toros, mientras que los coches 4x4 seguían a la comitiva. Apenas una hora más tarde, porteños y visitantes se reunían en la plaza de toros con el propósito de conseguir las mejores vistas del momento en el que el ganado entrase en el recinto.

Una vez ya en la plaza, el ganado demostró su temperamento. Tras varios intentos fallidos, los organizadores consiguieron separar a los novillos bravos de los bueyes. Sin embargo, eso no fue un impedimento para los más valientes. Los seguidores de los espectáculos taurinos no desaprovecharon la oportunidad de colocarse delante de los animales y realizar maniobras de vértigo y fintas extraordinarias que dejaron sin aliento a todos los espectadores. Después llegó el ansiado momento de la lidia de los dos novillos. Pese al gran entusiasmo, el primero de ellos no aguantó mucho, ya que cuando el animal llevaba varios minutos en el ruedo, sufrió una pequeña caída. El segundo novillo captó toda la atención de los presentes y los aficionados decidieron mostrar su destreza y sus habilidades.

“Viene gente de fuera y hay mucho ambiente. A mí me gusta verlos cuando ya están dentro de la plaza porque me dan un poco de miedo”, compartió Mari Flor Martínez. Pedro Segura es el claro ejemplo de que los pueblos de alrededor se unen para vivir este espectáculo, siendo de Benatae, baja siempre para ver el encierro y la lidia. “Soy de aquí y me gusta mucho esta tradición. Lo he disfrutado mucho, ha estado muy bien. La salida por el campo es muy animadilla”, aseguró Genaro Vizcaíno. Para Jesús Luis Campallo, las fiestas de su pueblo son importantes, ya que reside fuera: “Vengo cuando puedo, la gente no falla y siempre hay un gran espectáculo”. “Aquí hay mucha afición. Arrastran a cientos de coches, en su mayoría todoterrenos para ver la salida. Soy de Albacete y vengo todos los años”, apostilló José María Alarcón.