Escaladores, héroes por un día
Miembros del club Rompezapatos de Alcalá la Real salvaron la vida a una mujer, que estaba suspendida en los Tajos de Charilla

Los Tajos de Charilla son un paraje icónico de Alcalá la Real, con un acantilado de varias decenas de metros. Por sus características es un lugar frecuentado por los miembros del Club de Escalada Rompezapatos. En una de las sesiones, ocurridas recientemente, los deportistas tuvieron ocasión de ser héroes por un día.
Según relata el presidente, Alberto Sánchez —quien no se encontraba allí— una mujer de unos sesenta años se encontraba al borde del precipicio, en un punto con unos ocho metros de caída, cuando al intentar coger unos higos piso en falso y resbaló. Sin embargo, lo que en apariencia era una desgracia se convirtió en motivo de suerte, ya que quedó enganchada en las ramas del árbol y junto a matojos. No obstante, acabó, literalmente, suspendida y con los pies en el vacío. Debajo había piedras, muy peligrosas y vegetación muy enmarañada. Sus gritos de auxilio alertaron a dos empleados del Ayuntamiento que trabajaban en el arreglo la vereda que atraviesa los zumaques. Ellos fueron los primeros en acudir. La petición de auxilio también llegó a los miembros de “Rompezapatos”, que usaron el material de destrepar que tenían.
Se montó un dispositivo de rescate, en el que al final, uno de los componentes del grupo, David Muñoz consiguió darle la mano a la accidentada y subirla hasta la cornisa. Además, participaron los compañeros Juan Cano, Mario García, Sebastián Nieto, Esteban Zamora, Lucas Zamora, Sergio Cano y Ernesto Pareja. “Una vez arriba la mujer se desmayó”, explica Alberto Sánchez. Luego llamaron a la Policía Local y a sanitarios. Finalmente la protagonista de la zona, que vive en la zona de San Marcos, se recuperó sin problemas. “Está muy agradecida y ha dicho que un día quiere venir a venir escalar, pero con seguridad”, indica el responsable de “Rompezapatos”.
El club experimenta con sorpresa y a la vez con satisfacción haber contribuido a la salvación de una vida. Mientras tanto, el colectivo, que lleva el nombre de una conocida montaña próxima a la Hoya de Charilla, continúa entrenando en la zona del antiguo vertedero de los Tajos de Charilla. Se trata de un entorno privilegiado desde el punto de vista paisajístico y medioambiental. Aparte de zumaques y otras plantas autóctonas, en el entorno pueden encontrarse animales como búhos reales y una colonia de cabras monteses cada vez más abundante, pues tiende a proliferar. “Nosotros mismos cuidamos el entorno y lo hemos limpiado de maleza. Hemos colocado carteles para que no se tire basura”, indica. Tres años, aproximadamente. En el espacio hay casi siempre alguien escalando, incluso los fines de semana. Se usan las partes de la mole de arenisca menos afectadas por las consecuencias de la combustión de residuos de antaño. El club quiere tener apoyo del Ayuntamiento para llegar más lejos.