En Jaén hay más jubilados que menores de 30 años al volante
Los conductores mayores de 65 son 66.069, frente a los 54.528 jóvenes

El reto demográfico es una asignatura que, en cada reválida trimestral o anual, la provincia de Jaén tiende a catear, sin que se genere una bocanada de optimismo para que los resultados puedan mejorar. El éxodo jiennense, principalmente entre el segmento poblacional más joven, se produce por el déficit de empleabilidad que acarrea el territorio jiennense, que, sumado a la caída de natalidad, ha provocado un severo problema de despoblación. Las estadísticas demográficas revelan resultados claros, pero también hay otras formas de detectar que la población jiennense está envejecida y que la emigración de los jóvenes es cada vez más elevada. Una de ellas es examinando la cifra de conductores que existe en la provincia de Jaén. Actualmente circulan 66.069 conductores mayores de 65 años con diferentes tipos de carné. Su número ha experimentado un notorio crecimiento en los últimos años y continúa con esta tendencia alcista, lo que supone un gran desafío para la seguridad vial, la investigación médica, la calidad de vida de estas personas —muchas de ellas perfectamente válidas para la conducción— y su entorno familiar.
La automoción denota una de las grandes paradojas en los tiempos que corren: cada vez hay más ancianos conductores de turismos en la provincia de Jaén, mientras que el número de menores de 30 años al volante desciende. La cifra, en concreto, es de 54.528 —sin contar los 807 jóvenes de 15 a 17 años con permiso de ciclomotor—. Además, cuanto más veteranos son los conductores, más dependen de un coche, mientras que los jóvenes están optando —por decisión propia o por economía— por otras alternativas de movilidad compartida. La tendencia a futuro es un rápido crecimiento de la edad del conductor que, por ahora, no tiene ningún límite temporal a ejercer como tal. En 2030, uno de cada cuatro conductores tendrá más de 65 años. Pese a esta perspectiva, nadie —ni la DGT, ni la medicina— pone punto y final a la vida al volante. Prueba de ello es que lo que antes era excepcional, los conductores octogenarios, hoy son relativamente habituales. Y es que la cifra de conductores con más 74 años es de 24.040. El número en este apartado es superior al de 21 a 24 años, que es de 18.757 conductores, lo que indica que no todos los mayores de 74 años son septuagenarios.
La DGT apuesta por reducir los tiempos de renovación del carné a partir de los 65 años según cada caso y por poner mayores exigencias en las pruebas psicotécnicas que hay que pasar en cada renovación. La vigencia del carné de conducir permanece en los 10 años hasta los 65 años y en 5 a partir de dicha edad, aunque los tiempos pueden ser inferiores en cualquier rango de edad dependiendo de las facultades físicas y psíquicas del conductor. La mitad de las revisiones que se hacen cada año en Jaén corresponden a conductores mayores, que se han convertido en los principales clientes de los centros de reconocimiento médico, cuyas pruebas son la clave para la renovación del permiso y, en definitiva, para seguir disfrutando de las ventajas de un coche.
Ventajas en el segmento con la edad más avanzada

Los conductores mayores de 70 años, entre otras ventajas, no pagan tasas de renovación y las pruebas médicas que realizan, entre ellas, anticipación de la velocidad, coordinación visomotora, estudio de la audición, valoración de la capacidad visual, tensión arterial y auscultación cardio-pulmonar, entre otras. Son las mismas pruebas que las que se realizan, por ejemplo, a un veinteañero, aunque es cierto que se ajustan con la edad. No obstante, los condicionantes con los que se acude al centro sanitario no son los mismos con 18 que con 80 años. El conductor de edad más avanzada, si no pasa la prueba, tiene que dejar el coche. La DGT y los médicos reconocen que conjugar edad con seguridad vial no es nada fácil.
Clara Román Uceda, aspirante a conductora, 18 años: “Aprobar supone quitarme una carga”

Esta joven villanovense estudia un Grado en Ingeniería en Diseño Industrial en Sevilla. Como muchos universitarios, aprovecha el verano para sacarse el carné de conducir. De hecho, el pasado verano, antes de cumplir la mayoría de edad, superó el examen teórico porque así lo permite la Dirección General de Tráfico. Ahora se encuentra dando clases prácticas para completar la parte que le queda por aprobar. Un apto que, para quienes han pasado por su situación, es muy deseado. “Aprobar supone quitarme una carga que pesa mucho. Me estoy sacando el carné en Villanueva del Arzobispo porque es más cómodo para mí. Conozco las calles y la circulación es más llevadera. En Sevilla me resultaría mucho más complicado”, explica la joven. Según expone, su padre le ha empujado a iniciarse en la conducción, una circunstancia que es común entre los jóvenes noveles. “Mi padre, cuando me acercaba a cumplir los 18 de años, me insistió en que tenía que saber conducir”, añade. Aunque le queda poco tiempo para alcanzar el objetivo, según manifiesta su profesor de autoescuela, Clara tiene claro que los desplazamientos a Sevilla los seguirá realizando en tren. “Cuando apruebe, empezaré a coger el segundo coche de mis padres para soltarme. Pero lo haré por el pueblo y alrededores. No tengo pensamiento de comprar un vehículo”, subraya Clara, que agrega: “También quiero tener el carné para desplazarme a otros pueblos cercanos, donde tengo amigos. Genera una libertad y una dependencia que no se tiene con los autobuses. Además, no hay muchos”, subraya.
Ramón Marín Bueno, conductor y jubilado, 74 años: “No todos perdemos facultades por igual”

Ramón Marín, aunque tiene más de 65 años, renueva el carné de conducir cada tres años. Esto de debe a una afección en los ojos que ya ha superado. Es también villanovense, aunque afincado en Madrid. Además del permiso de clase B, disponía de permisos profesionales —ambulancia, camión y autobús—, los cuales no renovó porque hace años que disfruta de su jubilación. El villanovense asegura que siempre se ha sentido con plenas facultades al volante. De hecho, Marín destaca que ha realizado entre Villanueva del Arzobispo, La Manga del Mar Menor y Madrid unos 3.000 kilómetros en agosto por vacaciones. Un triángulo que lo ha recorrido hasta en tres ocasiones este mes. “Yo me siento muy bien. Cuando llegue el día que no vea en condiciones, daré un paso a un lado”, destaca el villanovense, que subraya: “Está claro que los años no pasan en balde y que con el paso del tiempo se pierden facultades. Pero pienso que no todos las perdemos por igual. Hay mucha gente mayor que está en perfectas condiciones para conducir”. La sensatez juega un papel importante en la toma de decisiones en la carretera y, en este sentido, Ramón Marín aboga por el sentido común a la hora de despedirse del asiento del piloto. “Cualquier persona debe ser consciente y valorar si reúne suficientes condiciones. No se trata solamente de superar las pruebas médicas. Si alguien comprueba que puede poner en peligro su vida y la de más personas en la carretera, lo normal es que no conduzca”, enfatiza.
Juan Carlos Peinado Sánchez: “El carné no es una prioridad para los jóvenes”

El presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Jaén (APAE-Jaén) y propietario de Autoescuela Racing de Villanueva del Arzobispo asegura que el número de aspirantes a conductores es menor cada año, una circunstancia que la justifica con los bajos índices de natalidad y la aparición de plataformas de movilidad compartida.
—El número de conductores con más de 65 años supera al de menos de 30 años. ¿Qué puede decir?
—El territorio provincial ha estado abocado a este dato desde hace mucho tiempo. El índice de vida cada vez es más alto. Las personas cada vez viven más años y un número escaso del segmento poblacional más longevo no se sacaba el carné de conducir. A esto hay que sumar que el carné no es prioridad para la gente joven, como sí lo era en décadas anteriores.
—No es su prioridad porque hay alternativas para desplazarse, ¿no cree?
—Efectivamente. Usan cada vez más el transporte público y las restricciones son mayores a la hora de circular en los municipios, como las que se están imponiendo en los centros de las ciudades. Es muy común que se replanteen la compra de un vehículo. Eso conlleva un gasto que, en muchas ocasiones, no disponen. Un tema que va en relación con los salarios, que son cada vez más bajos.
—Y también la aparición de plataformas para compartir vehículo.
—Claro. Esos servicios facilitan los desplazamientos y, por ende, hace que los jóvenes pospongan sacarse el carné.
—Antiguamente, cuando un joven cumplía la mayoría de edad, inmediatamente obtenía el carné de conducir. ¿Esto ahora se ve cada vez menos?
—Sí. Son muy pocos los que acuden a las autoescuelas. Y vienen más obligados por los padres que por interés propio.
— ¿Qué perfil de aspirante a conductor es el más habitual?
—Depende de los permisos de conducción. Para el de clase B, el carné normal, la franja de edad oscila entre los 20 y 30 años. También supone la gran mayoría de las licencias expedidas a nuevos conductores. En el resto de permisos, normalmente las licencias expedidas corresponden a alumnos con una edad mayor, porque, en muchas ocasiones, es por necesidad laboral. Se trata de permisos profesionales, de camiones y tráilers, por ejemplo. También hay otros que se sacan permisos específicos porque se lo exigen para opositar, como son los permisos de motocicletas. Este segmento de la población va de los 30 años en adelante.
—¿Quién acude más a las autoescuelas para renovar el carné por la pérdida de puntos, el segmento más joven o el más longevo?
—La retirada del carné suele ser en conductores de 30 a 50 años. Son los que más puntos pierden. Menores de 30 y mayores de 50 suelen ser más cuidadosos en la circulación. En mayores de 65 años, también, el consumo de alcohol es menor. La pérdida de puntos está relacionada principalmente con el móvil, el alcohol y la velocidad.
—¿Cómo se encuentra el sector?
—No es el más boyante, pero tampoco es el más carente. Tuvimos unos años bastantes malos con la pandemia. Nos afectó muchísimo, como a otros sectores, pero hemos remontado. Pienso que el sector no irá a mucho mejor de lo que está por la sencilla razón de que los índices de natalidad cada vez son más bajos.