El hombre que hacía magia en Pirotecnia Sánchez

Un viejo cuaderno repleto de fórmulas puede sintetizar, nunca resumir, el legado de Vicente Sánchez Mesa, el hombre que hacía magia con la pólvora y el fuego, cuyos secretos fue descubriendo desde los 15 años. El fundador de la empresa marteña Pirotecnia Sánchez falleció esta madrugada del viernes a los 90 años y deja a su familia el legado de su talante y bonhomía, de la perseverancia y el ingenio. Al sector, el desarrollo de un oficio que es arte milenario y que dominaba con la sabiduría adquirida durante años, autodidacta, imaginativa e inteligente. Y a la provincia, una empresa referente nacional e incluso internacional tras el relevo familiar que comanda ahora su hijo José Manuel Sánchez Caño, autodidacta como su padre, depositario de su saber, que ha ampliado con sus conocimientos y la aplicación innovadora de las nuevas tecnologías. La estela perdura.

Vicente Sánchez Mesa nació en un pequeño pueblo sevillano, Pruna, en una familia trabajadora formada por sus padres Vicente y Encarnación y otros ocho hermanos. Comenzó en el oficio con uno de sus tíos, que era cohetero, y empezó a tirar cohetes por los pueblos en fiestas cuando estuvo preparado, desplazándose en bicicleta de uno a otro. Entonces no se podía vivir exclusivamente de aquella básica pirotecnia y recaló en Martos a finales de los años 40. Alternó el trabajo en el campo y la construcción con su condición de pirotécnico, que culminó en 1956 con la fundación de Pirotecnia Sánchez, empresa que fue expandiéndose mientras Vicente probaba, inventaba, mezclaba para buscar colores y formas con sales de bario, estroncio o sodio y artilugios —aún pueden verse en la fábrica de Martos— para montar la cohetería. Puso las bases e inició el desarrollo y su hijo José Manuel la expansión, transformación e innovación tecnológica de una empresa que trabaja en los municipios y capitales de provincia de toda España y en otros países, como los del área del Golfo Pérsico. La impronta de Pirotecnia Sánchez y su posición en el sector le valió el premio Jiennense del Año 2000 en Empresa, galardones instituidos por Diario JAÉN que elige un jurado soberano. Lo recogió Vicente Sánchez. Precisamente, el espectáculo piromusical que cierra la gala de los Jiennenses cada edición lleva el sello de la empresa que fundó y es una de sus señas de identidad. “Todos los secretos del fuego”. Así se titulaba el reportaje que precede siempre a la entrega de los premios publicado por este periódico el 4 de marzo de 2001, que firmaba la periodista Paula Peláez, sintetizando también sus afanes con la pólvora y los minerales que le dan color.

Nieves Caño, su esposa, y sus hijos José Manuel, Pilar y Nieves reciben las condolencias de sus muchos amigos y clientes institucionales por la pérdida de un hombre respetado y apreciado. Y en el recuerdo, igualmente, su hijo Vicente, fallecido muy joven.