El georradar peina el oppidum y la necrópolis de La Bobadilla

Información fundamental para la futura puesta en valor de los restos iberorromanos

04 mar 2025 / 06:00 H.
Ver comentarios

El futuro de La Bobadilla va mucho más allá de su polígono industrial, con la empresa Insyte Soluciones como mayor exponente, y la terminación, algún día, de la autovía del Olivar. En las inmediaciones del núcleo de esta entidad local autónoma del término de Alcaudete se encuentra un yacimiento de incalculable valor. Se trata de un oppidum, un asentamiento de época romana, que tuvo continuidad con la llegada de los romanos y, posteriormente, en el periodo andalusí.

La Universidad de Jaén tiene en marcha, desde mediados del pasado año, un proyecto de asesoramiento técnico para prospección geofísica en el sitio del citado espacio fortificado y una necrópolis. La iniciativa, liderada Juan Pedro Bellón, cuenta con la implicación de otros expertos, como Mario Gutiérrez, Carmen Rueda, María Isabel Moreno y Carmen Rísquez. Dentro de esta intervención de la UJA se sitúa la utilización de un georradar, que permite escanear el subsuelo del yacimiento. De esta manera, se peina la superficie, en las que se analizan las estructuras arquitectónicas y los estratos constructivos. Esto permitirá la puesta en valor de este espacio, situado en el paraje conocido como cerro del Esparto o de la Vega, a más de seiscientos metros de altitud sobre el nivel del mar.

A pesar de siglos de expolios, el lugar presenta un enorme potencial. El oppidum tenía una posición estratégica por su cercanía a los cursos fluviales del Víboras, Salado de Porcuna y Guadajoz. Además, desde esta atalaya, los pobladores podían controlar un amplio territorio a caballo entre las sierras béticas y el valle del Guadalquivir. El trabajo del Instituto Universitario de Investigación de Arqueología Ibérica de la UJA es un paso fundamental para el aprovechamiento turístico-cultural de un espacio cuya superficie, según las estimaciones, ronda las seis hectáreas. Hasta el momento, prácticamente no había existido una prospección sistemática.

La principal hipótesis de los expertos es que el oppidum coincide con la población de Bora Cerealis —también denominada simplemente Bora—, que aparece en material, concretamente en una moneda emitida en la zona y en piedras de ofrenda a los dioses. El topónimo puede guardar relación con Víboras, que se reformula como un compuesto andalusí formado por Bib —puerta, como ocurre en la granadina Bib-Rambla— y la variante Bora, de manera que la denominación del río vendría a significar “puerta de Bora”. El oppidum, que tenía unas murallas mucho más definidas que los vestigios actuales y abastecimiento de agua, también fue el lugar en el que se encontró material con escritura de los cartagineses, de la época en la que se disputaban con los romanos lo península ibérica.

Por lo que respecta a la necrópolis ibérica, en ella apareció una tumba de en torno al siglo IV antes de Cristo, complementaria con los exvotos. El yacimiento de La Bobadilla también es el lugar en el que aparecieron lucernas, esculturas, recipientes y alhajas con continuidad en la presencia romana —época en la que a la Bora se le dio el apelativo de Cerealis— y visigótica.



Provincia
set (1 = 1)