Dos ejemplos fascinantes del noble pasado íbero


Bien lo confirma la alcaldesa, Ana Dolores Rubia. Peal de Becerro es sinónimo de pasado íbero. Su impronta ha ido ligada a la historia del municipio, a ese paraíso de encantos culturales y patrimoniales que encumbra de valor las tierras jiennenses. Peal de Becerro, esa puerta de entrada natural a la Sierra de Cazorla y a las abruptas sinuosidades de Quesada, bañado por los ríos Guadalquivir y Guadiana Menor, estuvo ocupado en la antigüedad por florecientes asentamientos íberos; la cámara sepulcral de Toya y de Hornos, son uno de sus legados más fascinantes. Se trata de dos de los monumentos funerarios más importantes y singulares de la cultura ibérica en la Península y una parada obligada en el producto turístico “Viaje al Tiempo de los Íberos”. Junto a estas dos joyas, el municipio de Peal de Becerro alberga un centro de interpretación en el casco urbano y un aula didáctica ubicada en el propio yacimiento, en el que también se puede visitar la Cámara Sepulcral de Toya. Tanto el centro de interpretación como el aula didáctica son una parada obligatoria a este fascinante viaje, un mundo misterioso de príncipes en el que los asentamientos se expandieron y consiguieron evolucionar de pequeñas ciudades autónomas a auténticos centros de poder que dominaron amplios territorios. El plan turístico, impulsado por la Diputación, ha sido el marco para la creación de estos dos recursos con los que se incrementa la oferta turística cultural jiennense y las posibilidades de un sector “cada vez más numeroso en nuestra provincia”, explica Rubia, quien añade que otros elementos de interés son las Torres del Reloj y Mocha que atestiguan la presencia de un castillo medieval importante, o el acueducto romano de doble arquería de Hornos de Peal.
Pero Peal de Becerro es mucho más que legado íbero, es naturaleza en estado puro como su sierra de Almicerán y ese paraje que cobija el pantano de La Bolera. Es cultura y teatro, con decenas de representaciones que llegan con los ciclos de Navidad, verano y primavera. Es ocio y música, con atractivos como el Festival Iberojoven y también deporte, con el Rally Mar de Olivos. Es historia, como representa esos fuente de los cinco caños y esos pilares restaurados de los años 20.