Día histórico a los pies de la alcaldesa honoraria

El municipio del Alto Guadalquivir vive el día grande de su feria dedicado a la Virgen de la Paz y la Corporación Municipal la reconoce por ser nexo para los vecinos

05 sep 2017 / 11:49 H.

Fue un día histórico para Chilluévar”. Coinciden en esta valoración el alcalde, José Luis Agea, y la hermana mayor de la Cofradía de Nuestra Señora de la Paz, Rafi Plaza Astasio. Cada año, la celebración en torno a la patrona durante la feria de septiembre deja algunos de los momentos más especiales en el recuerdo de los vecinos y visitantes pero, en esta ocasión, las emociones se multiplicaron con el reconocimiento de la Virgen de la Paz como alcaldesa honoraria en este municipio. Culminaba, de esta forma, un proceso que se inició en mayo, en coincidencia con el cincuenta aniversario de su coronación. Por primera vez, la patrona salía al encuentro de sus hijos con el bastón de mando en su trono.

Fue en el pleno de julio cuanto este reconocimiento se aprobó y la eucaristía de este día grande feria se eligió como el momento de celebrar el acto oficial. El alcalde resalta el valor de la patrona de Chilluévar como nexo y referente para todos los vecinos, más allá de una cuestión de fe. De esta forma, en la eucaristía del mediodía, presidida por el vicario de la Diócesis y el párroco Juan María Sánchez Arazola, la Virgen de la Paz recibió la vara de mando como alcaldesa honoraria arropada por cientos de fieles llegados desde muchísimo lugares. Esta jornada centrada en la celebración religiosa también dejó estampas inolvidables a lo largo de las tres horas que la Virgen de la Paz procesionó por las calles de Chilluévar, acompañada, como es habitual, por la Banda Municipal de Cazorla. Lo hizo sobre los hombros de hasta 28 costaleros, que la pasearon, desde su parroquia, para reencontrarse con sus hijos por la Plaza de la Constitución y las calles Cervantes y Jaén, entre otras, antes de volver por la Avenida de Andalucía.

Para esta ocasión, un manto de coloridas flores ornamentaba su trono, en señal de la alegría de estos días de feria, y no blancas como es habitual en la festividad de enero. “Cada día tratamos de superarnos, para que salga a las calles luciéndose cada vez más hermosa”, dice la hermana mayor, que se muestra muy honrada y orgullosa de vivir este histórico día desde el cargo. En la actualidad, la cofradía reúne a 350 hermanos, más un buen número de niños. “Está muy bien por la población de Chilluévar pero siempre se podría pedir más, que todos los vecinos fueran hermanos de la Virgen de la Paz, porque es nuestra madre”, reconoce. Eso sí, en sus días grandes, siempre está muy arropada por sus gentes. “El día 24 de enero es su día, que se celebra tras una intensa novena. Al igual que en septiembre, se celebra una eucaristía y, por la tarde, sale a la calle. Es muy curioso que, a pesar de las fechas, atrae a tanta gente que vive fuera, incluso muy lejos, que quiere estar aquí ese día, que las calles son un manto de fieles acompañando a la Virgen”, explica la hermana mayor.