Cuando La Milagrosa es la reina de La Matea

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Son más de tres horas de procesión, pero en ningún momento la imagen más venerada en la sierra alta de Segura nunca camina sola. Desde que aparece por las puertas de la iglesia de Santa Teresita del Niño Jesús, la imagen más conocida y venerada en este rincón tan especial de la provincia de Jaén, no deja de tener “vivas”. Hay que hacer hincapié en que la procesión parte a las ocho y media de la mañana y que el sábado el termómetro marcaba a esa hora 9 grados y el cielo apuntaba tormenta con un viento que atizaba. No llovió y en el transcurso de este primer día de procesión, donde la Virgen Milagrosa sale de La Matea y recorre Las Nogueras, el sentimiento de hermandad se iba agigantando conforme pasaban las horas. Se da la especial circunstancia de que a La Milagrosa la acompaña desde hace lustros la banda Los Pizarrines de Génave y es tal la simbiosis en la procesión que lo mismo interpretan el “Guapa, guapa, guapa”, bailado por los costaleros a ritmo de pasodoble en Las Nogueras, que todas las mujeres ataviadas con trajes de faralaes bailan, también al ritmo de la banda, unas sevillanas inolvidables en la puerta del Restaurante Escobar de La Matea, junto al río Berral.

La Virgen Milagrosa recorre todas y cada una de las calles de La Matea, sin excepción, y en cada casa la hermandad recoge las dádivas de los fieles devotos que contribuyen con su dinero al engrandecimiento de una procesión única en la Sierra de Segura. “Hago promesa por la Virgen Milagrosa, por mi familia, por mis amigos y por todo el mundo que está necesitado de paz y bien”, afirma José Muñoz. Martina Jiménez vive actualmente en Torrent (Valencia), pero siempre que puede vuelve para acompañar a La Milagrosa por la fe que le profesa. “La Milagrosa es todo para mí, vengo siempre desde Murcia con mi hija, todos los años, para acompañarla. Lo hago desde que era pequeña”, asegura Dionisia Muñoz. Matías Muñoz comparte su fe inmensa en La Milagrosa, a la que siempre le pide para que ayude y vele por toda su familia, afirma el vecino acompañado de sus nietos Adriana López y Samuel López. “Toda nuestra familia materna es de aquí, venimos siempre a la procesión porque mantenemos las raíces, aunque vivamos fuera”, destacan las hermanas Alejandra e Isabel Floro.