Así vivió Cazorla la euforia por el premio de la Lotería de Navidad

El ritual de la canela de María José Yuste reparte este lunes, 22 de diciembre, 23,6 millones desde Cazorla

23 dic 2025 / 10:55 H.
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Cazorla amaneció este lunes con un bullebulle fuera de lo normal. El centro está alborotado, pero todo parece obedecer a un orden que no llega a romperse. Enfilar la calle Doctor Muñoz desde la Plaza de la Constitución es sumergirse en un mar de conversaciones que se repiten en bucle: —“¿Te has enterado de que ha tocado un cuarto premio?” —“Como para no” —“¿Llevas alguno?” —“Qué va, no he comprado este año. ¿Y tú?” —“Tampoco”.

Este periódico no pudo comprobar la veracidad de todos y cada uno de los comentarios que se hacían al respecto, pero la alegría colectiva que se respiraba en el número 1 de Doctor Muñoz, ya junto a la Plaza de la Corredera, apunta a que hay más mentira que verdad en todos los que afirmaban no haberse llevado un pellizco de la suerte que María José Yuste y Juan Luis Castillo llevaron hasta Cazorla.

Ni más ni menos que 23,6 millones de euros gracias a las 118 series que vendió la Administración de Lotería número 1 de uno de los dos cuartos premios: 78477.

“En ventanilla fueron cien, mientras que dieciocho se fueron a la sierra y a Almuñécar, en Granada. Los que se vendieron aquí fueron tanto para gente del pueblo, que ya sabemos unos cuántos, como para gente de fuera, que también nos han llamado desde Sevilla, Málaga... para preguntarnos si era verdad y decirnos que querían venir a celebrarlo”.

Habla María José, propietaria de la Administración junto a su marido, Juan Luis. Es el relato de una mujer ilusionada, y es que es la primera vez que reparte un premio por Navidad: “La semana pasada tocó una Primitiva de más de mil euros, hace unos días dimos otra Primitiva de más de tres mil y hace unos años el segundo del jueves”, enumera Yuste Tejada, que añade: “Hemos dado ya varios premiecitos”.

La Administración abrió por primera vez en 1957. Lo hizo su abuelo, después su madre y ahora lo hace ella. Ayer, como si fuera un lunes cualquiera, se levantó temprano y abrió el establecimiento, pero lo que hizo la noche anterior justo antes de cerrar marcó la diferencia.

“Hice un ritual”, confiesa a este periódico. Así continúa la historia: “Me dije que después de tantísimos años sin repartir nada por Navidad, tenía que probarlo todo. Anoche, después de cerrar, fregar y demás, cogí un puñadito de canela en la mano y soplé hacia adentro para que la abundancia llegara y nos trajera suerte”. Y sí que llegó.

Cazorla es un foco turístico y la Administración está en una calle de paso hacia el Ayuntamiento y el casco antiguo, por lo que saben que, además de al pueblo, los millones viajaron a otras partes de España.

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