Los pueblos colonos desde la mirada de los pequeños

Miguel Laguna impresiona con un libro que evoca tiempos pasados en los núcleos rurales del municipio

28 ene 2019 / 11:56 H.

Toda una vida reflejada en un relato nutrido de vivencias reales. La pedanía de la Ropera acogió la presentación de un libro redactado por uno de sus primeros habitantes. Bajo el título “En la hora de la siesta, en un poblado de colonización”, Miguel Laguna expone los recuerdos de su infancia en este distrito andujareño. Mientras, según su testimonio, se vivía una España en blanco y negro, los más pequeños jugaban en sus calles y entretanto las personas mayores descansaban después de una dura jornada de trabajo.

El acto comenzó tras lo últimos rayos de sol de la tarde, en un concurrido salón municipal por familiares, amigos, representantes de partidos políticos y vecinos que se daban cita con deseo de descubrir la trama de la novela. El alcalde pedáneo, Miguel Rodríguez, argumentó que desde su gobierno apuestan por la cultura y los pilares fundamentales de la educación. De ahí procede su apoyo incondicional a ediciones de libros como este. Manifestó que el acto que se celebraba se encuentra en el marco de unas jornadas de homenaje a los colonos de la Ropera, debido a que pronto se inaugurará un monumento alzado en su honor y en el de la patrona de la pedanía. Estará ubicado en la Plaza de la Virgen del Campo, frente al edificio del Ayuntamiento.

El presentador de la puesta de largo fue Rafael Palomares, quien explicó la historia de los proyectos de construcción de estos pueblos. “El noventa por ciento del relato son hechos reales de niños que, entre las penurias de lo comienzos, se divertían cuando todos dormían”, indicó.

Recordó, antes de darle la palabra al autor, su faceta como escritor desde 2008, con “Un hombre y su destino”, que prosiguió con títulos como “El último bandolero romántico”, “María santa que no virgen” y “Los forjadores de imperios”. El presentador invitó a leer la publicación de Laguna. El escritor, un hombre humilde, trabajador y con una larga trayectoria de vivencias, argumentó que su libro expone la llegada de los primeros colonos a la Ropera, gentes que provenían principalmente de Génave y del municipio sevillano de Écija. Tenían como bienes terreno para cultivar, un hogar y algunos animales, y debían pagar con el transcurso del tiempo. Afirmó que la obra también es un homenaje a la mujer trabajadora y a los momentos duros que atravesaba el país, endulzados por la inocencia de niños en las calles.