Historias de la Belle Epoque

Rafael García Medina recrea en un libro el universo de la mítica discoteca

22 jul 2017 / 11:05 H.

Tras un elegante traje y una pajarita se escondía un atildado camarero que, durante más de una década, entre 1979 y principios de los años 90 sirvió a los clientes de la mítica discoteca La Belle Epoque. Más de un cuarto de siglo después, con menos pelo pero la misma perspicacia, Rafaela García Medina conserva frescas la historia del universo formado en torno al desaparecido local. Esas confidencias de los clientes, con pluma ágil y fino humor, se transforman, en 2017 en “Memorias de La Belle”, un libro que se presentará en Capuchinos el 9 de agosto a las diez y media de la noche.

García Medina relata con entusiasmo aquella etapa de la historia de Alcalá. Recuerda que se trataba de la segunda discoteca de la provincia de Jaén por lo que recibía a cientos de personas, jóvenes y mayores llegadas también de Granada, Córdoba y otros lugares. “La gente cuando tenía dos copillas de más necesitaba desahogarse. Salían cosas inauditas de prostitución, infidelidades, alcoholismo y drogas”, explica. De esta manera, se convirtió en amigo de personas que pasaban por allí. Eso sí, en los relatos el autor es muy escrupuloso, de manera que los cita a todos con nombre ficticio.

Rafael García Medina, consciente de la inmensa expectación generada por su nueva incursión bibliográfica, se sincera: “Hay curiosidad y morbo por ver quién aparece”. Habla de “literatura vivencial” como testimonio de parte de la historia de Alcalá, pues el local cerró en 2001 después de alrededor de tres décadas de trayectoria. “La Belle Epoque cambió la mentalidad del público y trajo aires modernos. La gente compraba ropa para ir allí”, precisa el escritor, quien destaca que el único día de la semana que dejaba de funcionar era el lunes. Entre los episodios que marcaron a García Medina estuvo la agresión que sufrió una madrugada y lo dejó maltrecho. “Estuvieron a punto de matarme. Cuando les dije, a las cinco de mañana, que cerraba me tiraron una botella de champán y me hicieron un brecha en la cabeza. Notaba la sangre y seguí en el suelo hasta que me quedé inconsciente. Luego llegó la Policía Nacional”, refiere al evocar un suceso que atribuye a “una banda alcalaína”. Sin embargo destaca que, a pesar de la afluencia de clientes, el ambiente en el bar era tranquilo por lo general. Eso sí, daba para múltiples anécdotas. Del local remarca la cuidada decoración, con paredes de terciopelo rojo, mobiliario blanco y sillones de escái. “Gustó tanto que hicieron una copia en Martos”, manifiesta el excamarero, quien también pasó por el Bar Ferreira y Galerías Preciados de Córdoba.

En su apogeo, detalla García Medina, había elegantes fiestas para matrimonios y parejas. El tirón era tal que, en los años 80, se cortaba toda la vía pública ante la presencia de varios establecimientos hosteleros y de ocio. Ironiza: “Esta calle siempre será de la discoteca. Fernando el Católico, rey que le da el nombre oficial, conquistó Granada, pero no fue capaz de ganar esta batalla”.

El artífice de “Memorias de La Belle” apunta que la idea de escribir este libro le surgió un día desapacible del año pasado cuando, en la habitación en la que guarda documentos y enseres varios, descubrió, dentro de un cajón, los chalecos, la pajarita, abridores, discos antiguos y otros objetos.

El trabajo de autoedición sale a la calle bajo la editorial PezSapo con un precio de 15 euros. El jovial alcalaíno, creador de otras obras como “La quema de la bruja en San Juan” y descubridor de petroglifos islámicos en La Mota, es también autor de una obra de poesía merecedora del Arcipreste de Hita y de otra sobre las campanas.