Casa Montañés, el adiós de un negocio con casi un siglo
La tienda cerrará el 31 de agosto si no hay venta o traspaso “in extremis”

Uno de los negocios más antiguos de Alcalá la Real, Casa Montañés, morirá, sin llegar a cumplir el siglo, el 31 de agosto, a no ser que se produzca una venta o un traspaso “in extremis”. La tienda, creada el 18 de septiembre de 1918, cerrará por falta de relevo generacional, con la jubilación de los actuales propietarios, los hermanos Angelitas y Antonio Montañés, cuyos hijos tienen otras ocupaciones. Ambos sienten pena por la posibilidad de que desaparezca el proyecto que comenzó su abuelo, Valeriano Montañés, que continuaron su padre, Cayetano, y sus tíos y en el que siguieron, como tercera generación ellos —durante algunos años también sus hermanos Valeriano y Cayetano—. “Es un establecimiento rentable y al día, con clientela de toda la vida y conocido incluso fuera de Alcalá”, aseguran los hermanos, que todavía conservan las esperanzas.
Una de las consecuencias del final de Casa Montañés será que Antonio Aguilera, quien lleva dieciocho años de dependiente, perderá su trabajo. El negocio incluye un obrador, situado también en la calle Alonso Alcalá —Braceros—, a unos metros del Ayuntamiento. En él —mientras Antonio se centra en la tienda— Angelitas elabora de manera artesanal productos “delicatessen” muy variados. Entre los artículos están el lomo de orza, los flamenquines, las croquetas, las albóndigas, el pavo trufado, el lomo mechado, el relleno de carne surtida, el relleno de Carnaval, el redondo de ternera y la lengua de ternera mechada. Además, encima del local hay una vivienda, también susceptible de venta.
Casa Montañés surgió en pleno casco histórico de Alcalá la Real, en el corazón comercial de la ciudad y su comarca. En un primer momento, había una taberna y un local de alimentación, cada uno con su puerta propia. “Fue una de las tiendas más importantes y, con el tiempo, se ha convertido en una de barrio”, indica Antonio Montañés, quien lleva décadas detrás del mostrador. El empresario destaca los sacrificios de ser autónomo en el sector de la alimentación.
El cotitular de Casa Montañés valora la apuesta de su establecimiento por los productos de Alcalá y su entorno, siempre con la calidad como denominador. Entre el diverso surtido de las estanterías pueden encontrarse marcas de locales de aceite, patatas fritas o quesos, embutidos de Frailes, aperitivos de Alcaudete y “turrolate” prieguense. Habrá que esperar menos de tres meses para comprobar si todo esto pasa a ser historia.
La falta de relevo generacional es el motivo por el que, en los últimos años, hayan bajado la persiana de manera definitiva varios negocios en el entorno de El Llanillo. Esta situación agrava el declive del casco antiguo. Sin embargo, en algunos casos, como ocurrió en La Tienda de Pepe, sí se culminó un traspaso. Otras veces los bajos se reabren para negocios distintos.