Acunada la reina Inmaculada

Vecinos y vecinas de “La Torre” arropan a la patrona en su día más grande

09 dic 2017 / 11:31 H.

Mecida por mujeres en todo momento, la Inmaculada de Torreblascopedro recorre las calles en un trono que le sirve de cuna y acunada se pasea en una mañana de sol y frío, que huele a escarcha y a gladiolos. Las costaleras torreñas la mecen con sus hombros y le cantan casi al oído para que su paseo por las calles de esta trabajadora localidad del centro de Jaén le suene a gloria celestial. Que la Inmaculada Concepción espere ansiosa un año entero para el reencuentro anual de cada 8 de diciembre.

Todos los detalles son tenidos en cuenta; nada se deja al libre albedrío, desde primera hora de la mañana, la cofradía se desvive porque la iglesia de San José esté de dulce, con María Dueñas como hacedora principal de un amor por la patrona que viene de generación en generación. Pero no está sola la presidenta, la arropan y la ayudan en su noble tarea Toñi Nieto y Tere Serrano, secretaria y tesorera respectivamente, y las vocalas Ana Jurado, Aurora Garzón, Julia Casado y Juani Demaya, más el único vocal, Pedro García. Afuera suenan las estampidas de los cohetes, llega el cura párroco José María Romero y las devotas y los devotos de la Inmaculada se hacen ver por el paseo con sus mejores galas, la ocasión lo merece, más aún para que la patrona viaje acompañada, que también hay vecinos y vecinas de sufrido tajo de aceituna. Ramón Ruiz no deja de tirar cohetes, cuando para es que se oficia la misa y se imponen medallas, misa cantada con la Inmaculada presidiéndola y bajo la atenta mirada del patrón, San José Obrero. Luce la patrona con claveles y gladiolos, con gerbera de colores como el arcoíris y paniculata inmaculadamente blanca. Repican las campanas, es hora de la salida Bernabé Soriano abajo, el sol calienta, con la umbría se tirita, pero el recorrido por el pueblo es saboreado en su plenitud a cada paso. Labor cumplida, conciencia renovada, la Inmaculada, acunada con cánticos cariño, ya duerme en el altar mayor de la iglesia.