Acuerdo “salomónico” sobre el prioritario de San Benito

El Ayuntamiento de Porcuna y el Obispado se reparten la titularidad del bien

17 sep 2021 / 12:25 H.
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El alcalde de Porcuna, Miguel Moreno, vuelve a demostrar su cintura política y personal. El político de Ciudadanos logra solventar unas discrepancias surgidas hace mucho tiempo. ¿Cuál es el fondo de las diferencias? La propiedad del priorato de San Benito, pues había dudas sobre si pertenecía al Ayuntamiento o el Obispado. El acuerdo “salomónico” consiste en repartirse el histórico bien.

Todo se plasmó en la firma de un documento en el que se estipula que la iglesia, la sacristía y la santería se declaran propiedad de la Diócesis, mientras el solar de las casas del priorato, los patios y los corrales son del Ayuntamiento, como representante del pueblo. Moreno, subraya que con ello se enriquece el patrimonio local, que junto con la iglesia —una de las más antiguas de la provincia— y todas construcciones del priorato están protegidos con la figura de Bien de Interés Cultural.

Valora la predisposición y la generosidad del obispo, Amadeo Rodríguez, y de quienes participaron en las negociaciones entabladas. La idea del equipo de Gobierno es acondicionar el espacio —excavado parcialmente en 2002 y 2003— para elevarlo como zona arqueológica y museística que, a su vez, dará realce al templo, de transición entre el románico y el gótico, aparte de estar a disposición del conjunto de la ciudadanía para el disfrute colectivo del recinto.

El priorato, muy importante, perteneció a la orden calatrava y surgió en 1240 tras la toma castellana de Porcuna. Con la Desamortización, las casas, los jardines y los huertos fueron vendidos a particulares. Acabaron a manos del fraile exclaustrado Francisco María Galera, que en 1852 los legó en testamento al patrón, San Benito. Las viviendas, alquiladas a familias pobres, se deterioraron. En 1890, el Ayuntamiento pidió al obispo Victoriano Guisasola la cesión de casas a patios para establecer en ellos el hospital de beneficencia. El prelado accedió y en 1901 se aceptó el inmueble y lo restauró. En 1936, los proyectiles del bando nacional destrozaron el hospital, aunque el personal y los enfermos se salvaron y fueron encontrados en la cueva de San Benito con la conquista del pueblo, ya en 1937. Tras la contienda, con colaboración del Ayuntamiento se repararon la iglesia, la sacristía y la santería y se hizo cargo de los solares de las casas, los patios y los huertos, que también adecentó. También ha colaborado siempre en las obras ejecutadas en la iglesia y sus dependencias.

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