“Yo hago rock, por la boca de una mujer”
María Guadaña llega con letras de muerte, la cantante jiennense triunfa en su presentación en Madrid
—Cantar en Madrid ha sido como llegar y besar el santo.
—Ha sido mi primer concierto y todo fue supermaravilloso. Estoy muy contenta.
—Ha irrumpido ahora. Pero ¿Desde cuándo canta?
—Yo siempre tuve un inquietud musical, desde pequeñita. Quería estudiar, pero a mi familia no le hacía ninguna gracia. Quería dedicarme a la canción y a la música y lo que hice fue meterme por la parte técnica. Hice Telecomunicación, especializada en Sonido e Imagen. Esto me llevó a trabajar en la producción. He estado doce años trabajando en Etnosur y he hecho mucha producción, siempre en la parte técnica. Sabía que, en la vida, o haces lo que quieres, o no lo haces. Yo tenía mis canciones en mi cabeza. Había estudiado guitarra y canción.
—¿Cuándo decidió dar el salto?
—Hace año y medio, cuando ya tenía un número de canciones suficiente. Me junté con Antonio Martínez, que es amigo mío de toda la vida, y hemos estado trabajando los temas, mejorándolos y adaptándolos para banda. En junio de 2018 me junté con los músicos que me acompañan. Son maravillosos. Les gustó el proyecto y son super apañados.
—¿Quienes son?
— Carlos Sosa, (Fuel Fandango), en la batería y las percusiones; Gabri Casanova (Anaut/Vinila Von Bismark) en los teclados; Javi Geras (Anaut/Sinouj) al bajo, y las guitarras de Pablo Pérez (Laredo) El EP lo grabó Javier Ortiz en los Estudios Brazil; la masterización es de Nathan James; la dirección artística y diseño es de Sonia Hidalgo y las fotografías de la jiennense Ana Pancorbo.
—¿Se considera cantautora?
—No. Yo no soy la cantautora Herminia Martínez. Eso lo tengo muy claro. Son canciones que salen a través del personaje María Guadaña. No es el concepto que se tiene de cantautor con su guitarra y sus discos. Es rock contado por la boca de una mujer, con mucha mala leche y ha llegado la hora de sacarla.
—¿Por qué María Guadaña?
—Me gustó, porque es un nombre que da un poco de respeto. Así se llama a la muerte, que la trato con respeto. Suena bien y pensé que era un buen nombre.