
Tan poderosa es la tecnología del satélite que ofrece una vista magnífica para nuestro propósito. El bosque mediterráneo va quedando atrás y los olivos se alinean en cuadrículas asimétricas: tierra parda pespunteada con minúsculas copas verdes. Discurren en paralelo dos trazos sinuosos. Uno corresponde a la marca grisácea del asfalto de la A-6202, la carretera que nos conduce al Tranco. Tiene tantas curvas como el otro, el cauce aún alto del Guadalquivir subrayado por el verde intenso de su ribera arbolada. Los olivos son del término de Villanueva del Arzobispo y el paraje al que echamos un vistazo y escudriñamos con la lupa digital es el del Cortijo Rompecalzas. Acorde con su nombre, ahí debieron trabajar una barbaridad. Un mes de julio de no hace mucho tiempo sudaron la gota gorda.

Antes de entrar en detalle, conviene tener en cuenta que estamos en el Valle del Guadalquivir. Fue el 17 de julio de 2023. La temperatura subía y subía en Rompecalzas. La medición marcó 47,3 grados, hasta ahora récord de calor en la provincia desde que hay registros. El dato es de la estación meteorológica del grupo FrotSE, que los difunde desde 2021 en su portal Suremet. FrotSE es el proyecto de un grupo de climatólogos y geógrafos vinculados a la Universidad de Murcia que investiga el clima, especialmente el frío, en las provincias del sureste español. Monitoriza las temperaturas en tiempo real a través de una extensa red de estaciones automatizadas. La marca de Rompecalzas casi iguala la máxima histórica de España. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) verificó 47,6 grados en Las Ramblas (Córdoba) el 15 de agosto de 2021. Hay más datos a capítulo de inventario. La fuente sigue siendo la agencia estatal. Jaén capital encabeza la lista de temperaturas máximas entre las capitales del sureste con 46 grados registrados, nada más y nada menos, el 7 de agosto de 1939; otros 46 tiene Granada en su haber, pero desde el 14 de agosto de 2021. Cierra Almería con 42 grados anotados el 13 de agosto de 2023.
Una escuela de calor
“Para entender mejor por qué hace tanto calor en gran parte de la provincia de Jaén es fundamental conocer su geografía. Un gran valle, como es el del Guadalquivir, que atraviesa la provincia, propicia que todo el calor que se va acumulando durante el día se vaya confinando en el valle. Además, su posición geográfica debido a la cercanía con África queda favorecida ante las irrupciones de aire cálido”. Nos lo explica Juan Amor, geógrafo y climatólogo de FrotSE. Los datos que coteja el grupo de investigación colocan a Jaén en el primer puesto del escalafón de la canícula entre las provincias de este cuadrante ibérico. Le siguen Murcia, Granada, Albacete, Almería y Alicante. Parafraseando a Radio Futura, Jaén es una escuela de calor. Los datos revelan una evidencia. En el trienio 2022-2024 sufrimos veranos con calles ardiendo al sol de poniente, ola tras ola de calor. Y las tribus —los bañistas—, ocultas cerca de los ríos, se daban chapuzones desde el Charco de la Pringue a Los Cañones o desde Lugar Nuevo, a la estela del Jándula, hasta la cola del pantano del Víboras. Después temían lo peor: noches toledanas, tórridas, con los termómetros a 25 o más grados. Seguimos en ello, porque la tendencia se mantiene.

El verano más caluroso fue el de 2023, con una temperatura media, entre las máximas, de 45,1 grados. Al tope de Rompecalzas, el del récord, habría que sumar otro valor considerable, los 45,6 grados de Camporredondo, pedanía de Chiclana de Segura. Las temperaturas máximas no bajaron de 44 grados en estos otros enclaves: Puente Tablas (Jaén); Cortijada de Naquer (Linares); Begíjar; Puente de Génave; Cortijo de Pedro Marín (Bedmar y Garcíez); Bailén y Alcaudete. La media de máximas del verano de 2024 alcanzó los 44,2 grados, la más alta de ellas en el Cortijo de Pedro Marín: 44,9 grados. Con valores de 44 grados o más, todos en julio, entraron en el ranking Higuera de Calatrava; paraje La Mejola (Castillo de Locubín); Andújar; Begíjar; Guarromán; Puente Tablas; paraje Vaciatrojes-Río Guadalimar (Sabiote) y Lopera.

La canícula tampoco dio tregua en 2022. La media de máximas estuvo por debajo de los otros dos años, aunque alcanzó los 43,3 grados. El valor más alto se registró en la Plaza de España de Andújar, con 45,2 grados. La galería de altas temperaturas no bajó de 42 grados en Arjona; Camporredondo; Puente Tablas; Bailén; Linares, Jaén-Urbanización Azahar; Cortijada Naquer y Puente Génave. A finales de la primavera del 22, un episodio temprano de calor arrasó los olivos en floración. Al traste se fue la cosecha con las consecuencias que conocemos, después del latigazo que sufrieron en sus carnes los olivareros con un mercado encabritado surfeando olas de precios inimaginables. Calor extremo y sequía de 12 meses que empezó a revertir, aunque no definitivamente, con primaveras más generosas en lluvias en el año 23 y, sobre todo, en el 24. Y con los mercados bajando los humos a los precios.
Eppur si muove
El clima siempre estuvo en el interés de la gente. De un tiempo a esta parte, el debate sobre sus cambios se ha adherido como una esquirla a la piel de la cosa pública. Se habla mucho y hacen mutis por el foro los tertulianos de esquina, plaza, barra o cola del super. Resume el periodista en cuatro frases lo que ha escuchado los últimos días en sitios semejantes.
—Dicen los del tiempo que nos espera otro verano de gota gorda y que ya viene la primera ola...
—¡Hombre! Como siempre ha sido. A ver quién dice que aquí no ha hecho mucho calor de junio a agosto. ¡Y más que ahora! Esos no saben lo que era segar...
—Si tú lo dices Francisco..., pero a mí me llamaba mucho la atención que hasta el Papa se preocupaba por el asunto...
—El Papa era argentino, Paco...
Greenpeace identifica con sencillez el argumentario negacionista: que si el cambio climático no existe, que si es natural, que hay olas de calor pero también de frío, que hay científicos que lo niegan y que no hay nada que se pueda hacer, porque el progreso es imparable y este modelo económico e industrial no tiene alternativa real. Del mismo modo, simplifica síntomas evidentes del cambio con base científica: recursos sobreexplotados, uso excesivo de los plásticos, mares y océanos en creciente acidificación, combustibles fósiles y sus efectos en este marco cada vez más adverso y la subida lenta, aunque paulatina, de la temperatura media del planeta. La organización ecologista ofrece un detalle importante. Negacionistas, e incluso desarrollistas a ultranza, restan valor, presentándolo como insignificante, el aumento de un grado en el calentamiento global. Craso error, consciente o inconsciente, porque confunden el clima con el tiempo. No son lo mismo.
En 1633, ante el Tribunal de la Santa Inquisición, el científico italiano Galileo Galilei habría pronunciado aquel lapidario eppur si muove, ‘y, sin embargo, se mueve’, tras abjurar con mucho pragmatismo de su visión heliocentrista del mundo. Le iba la vida en ello. Lo dijera o no —algunos se la atribuyen y otros lo descartan—, tenía razón: la Tierra se mueve. La frase lapidaria sostiene desde entonces como bandera el valor de la verdad científica. Por cierto, Galileo inventó el primer termómetro en 1592. Se le puso el nombre de termoscopio y era un tubo de vidrio capaz de detectar cambios de temperatura. En eso estamos.
Frecuencia, intensidad y duración
La percepción del cambio climático es más evidente desde el año 2015. Basta observar y cotejar los datos de las olas de calor y considerar lo sucedido, registrado y verificado en el último trienio 2022-2024. “Es cierto que desde ese año notamos más el cambio climático. Las olas de calor se repiten con más frecuencia, intensidad y duración, pero es importante subrayar la persistencia del calor. Pongo un ejemplo: No es normal para la época, y lo va siendo ya, que en el pasado mes de mayo tuviéramos temperaturas de 35 grados. No hay que perder de vista estas circunstancias”, detalla Juan Amor. La Aemet ya prevé que este verano va a ser más caluroso de los normal y que el primer episodio de calor, desde el martes pasado, que no califica de ola, esté dejando a la provincia con valores que hasta en 13 municipios y enclaves jiennenses oscilaron entre 40 y 42 grados este martes. El miércoles corrigió al alza a su antecesor: 48 municipios y enclaves superaron los 40 grados hasta la máxima de 43,4 grados en la zona Los Villares de Andújar-La Vega. Son datos diarios del portal Suremet.

Durante el verano de 2022 padecimos tres olas de calor, hasta 41 días de récord desde que hay registros, repartidos entre el 12 al 18 de julio, 9 al 26 del mismo mes y 14 al 26 de agosto. En 2023 el registro de la Aemet dice que hubo cuatro olas de calor peninsulares y dos episodios de altas temperaturas en los archipiélagos, en abril y octubre. Las olas dejaron 24 días de fuerte canícula: del 9 al 12 y del 17 al 20 de julio; del 6 al 13 y del 18 al 25 de agosto. Los años 2022 y 2023, con 2020, eran los más cálidos de la serie histórica. Las temperaturas excedieron en 1,1 grado el promedio normal de la época. Otro dato: la temperatura media de España peninsular subió 1,6 grados desde 1961 a 2023.
Hasta que comenzó el verano de 2024. Marcó su impronta y desplazó a 2020 del tercer escalón de este ranking canicular. El año pasado se saldó con tres olas de calor entre el 18 de julio y el 12 de agosto, 22 días en ese lapso de 26. Y tuvo un 62% de días más cálidos de los normal por un 38% de días más fríos de lo habitual. Los datos de la Aemet insisten en este escenario: los 11 años más calurosos de la serie histórica son del siglo XXI. Sus predicciones para este verano indican que hay un 60% de posibilidades, para la península, de que las temperaturas estén por encima del promedio normal y un 70% en el área mediterránea, Canarias y Baleares.
¿Heladas en verano y en Jaén?
Sin duda. Y de casta le viene a este galgo. Jaén es la provincia más calurosa del sureste peninsular, pero también tiene los puntos más fríos de este cuadrante. Recurrimos de nuevo al geógrafo y climatólogo de FrotSE. “En cuanto al frío, la provincia de Jaén tiene la suerte de contar con ciertos rincones que, en verano y durante las horas nocturnas, tienen el privilegio de disfrutar de temperaturas frías para la época”, precisa Juan Amor. ¿Las consecuencias? “Incluso se registran heladas, como en Pozo Romero (Siles) o en puntos de la altiplanicie kárstica de los Campos de Hernán Pelea”, añade. ¿Por qué? “Son zonas deprimidas, con una altitud en torno a los 1.500 o 1.700 metros. Favorecen durante las horas nocturnas el descenso de las temperaturas. Estos enclaves son capaces de disipar el calor diurno y debido a su cerramiento van acumulando el frío durante la madrugada, dejando valores mínimos sorprendentes, tanto para la zona geográfica en la que se encuentra como para la época en la que se registra”, concluye. El fenómeno se conoce como inversión térmica.

Los datos de FrotSE al respecto son reveladores. Pozo Romero tuvo en el verano de 2020 hasta 24 heladas; fueron 14 en 2021; en 2022 la cifra fue de 16; bajó hasta 11 en 2023 y hasta 8 en 2024. Este mes de junio se contabilizan ya 4 heladas y estas fueron las temperaturas: 3,3 grados bajo cero el día 3; -2 grados el día 4; -1,8 grados el día 5 y -2,4 grados el día 6. Pozo Romero es una gran dolina, depresión en altura a 1.410 metros sobre el nivel del mar, con una gran cubeta que aprisiona el frío de la madrugada, con la peculiaridad de que tiene en el fondo otra cubeta, más pequeña, que agudiza el fenómeno, sobre todo en invierno. El récord de temperatura desde que lo monitoriza FrotSE se registró el 31 de agosto de 2020 con 8,5 grados bajo cero. Heló también ese día.
Hasta el fin de siglo
Ante el cambio climático, antes de tomar decisiones cada vez más urgentes, hay que apoyarlas en diagnósticos. La Junta de Andalucía ya los tiene tras conocer y publicar el estudio El clima de Andalucía en el siglo XXI. Escenarios locales del cambio climático en Andalucía. Es una actualización al cuarto Informe del Grupo Intergubernamental de expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el principal organismo internacional, de Naciones Unidas, encargado de evaluar el cambio climático y su conocimiento.
Los expertos de la Junta han utilizado cuatro modelos climáticos y tres escenarios como herramientas que simulan el clima y cómo podría cambiar en la región andaluza. Cada modelo simula de forma diferente los procesos climáticos. Combinándolos y haciendo entrar en juego los escenarios socioeconómicos posibles, se obtiene una visión más completa de las posibles tendencias. El de la Junta mira a largo plazo, hasta final de este siglo. En todas las simulaciones, Jaén y Córdoba son las provincias con peores perspectivas, fundamentalmente por su condición de continentales.
El modelo denominado CNCM3, desarrollado en España, se centra en la simulación de la atmósfera, los océanos y la superficie terrestre. El estudio lo combina con los tres escenarios posibles: A1b representa un futuro de crecimiento económico rápido, población en retroceso y adopción a corto plazo de tecnologías nuevas y eficientes, además de un uso equilibrado de las distintas fuentes de energía. A2 es el escenario que recrea la continuidad de las tendencias actuales de desarrollo y el B1 es el de un desarrollo regional sostenible. Ha acertado usted. El escenario A2 es el más adverso. Jaén aumentaría su temperatura media hasta 4,1 grados en el horizonte final, el de 2099. La secuencia es la siguiente para los periodos climáticos que determina el estudio: 15,3 grados era la temperatura media en el periodo 1961-2000. Se incrementaría paulatinamente a 16,1 (2011-2040); 17,5 (2041-2070) y 19,4 (2071-2099).

El escenario más favorable sería el B1, en el que Jaén sólo aumentaría su temperatura 2,2 grados con un panorama de desarrollo regional sostenible, efectivo. El escenario A1b tampoco sería muy propicio, con una proyección de 3,3 grados más de temperatura media para la provincia. Para todas las provincias, el escenario más favorable, con menor calentamiento, es el B1 y su desarrollo sostenible. El tiempo y la acción política dirán hacia dónde vamos. Naciones Unidas y otros organismos alertan, sin embargo. El año crítico será 2030. Le han puesto la etiqueta del año en el que comenzaría el ‘no retorno’. Se alcanzaría un calentamiento global en la Tierra de 1,5 grados. Para entonces se deberían haber tomado medidas para frenar el cambio climático y sus impactos y dar un golpe de timón para remediar situaciones que, de lo contrario, serían cada vez menos reversibles. Los precedentes son un serio aviso: la temperatura media global del planeta ha subido 1,2 grados desde la época preindustrial (1850-1900) y su promedio es de 0,06 grados más por década desde el primer año de ese periodo.
Tras el estudio, la Junta ha habilitado, igualmente, un geoportal web de fácil acceso, y libre consulta, con datos por municipios, agrupados en los periodos climáticos de referencia y con varios epígrafes de contenidos. Con un simple clic o tecleando el nombre el municipio que interesa al usuario, obtiene toda la información disponible sobre temperaturas medias, precipitaciones, días de calor, noches tropicales y emisiones de gases de efecto invernadero. Basta teclear ‘Mapa del clima Andalucía’. Es un buen ejercicio.

Este viernes, a las 22:51 horas, comenzó el verano astronómico. El climatológico lo hizo el 1 de junio. Viene bravo, pero siempre nos quedará Pozo Romero, La Matea, Cañada Hermosa, La Nava de los Troncos... El 12 de enero de 2021, en este paraje de la Sierra de la Cabrilla, en el altiplano de los Campos de Hernán Pelea, Juan Amor descargó el dato: 28,8 grados bajo cero, el registro histórico más frío del sureste español. El mismo día, la gran dolina de Siles estuvo a 25,3 grados bajo cero. No hay moneda sin reverso.
Las 7 temperaturas más altas en la provincia del trienio 2022-2024
1.) 47,3º. Cortijo Rompecalzas. Villanueva del Arzobispo (2023).
2.) 45,6º. Camporredondo. Chiclana de Segura (2023).
3.) 45,2º. Andújar. Plaza de España (2022).
4.) 45,1º. Puente tablas, Jaén, y Cortijada Naquer, Linares, (2023).
5.) 45º. Begíjar (2023).
6.) 44,9º. Cortijo Pedro Marín, Bedmar y Garcíez, (2024).
7.) 44,4º. Higuera de Calatrava y paraje La Mejola, Castillo de Locubín (2024).