Territorio comanche

Si algo tiene la Feria de San Lucas es que se convierte en el espacio perfecto para limar asperezas, aparcar la confrontación política y brindar por todo lo bueno que tiene que llegar a Jaén

22 oct 2024 / 08:00 H.

No fue una fotografía de periodista furtivo. Ni siquiera un robado de los que están de moda. La imagen que acompaña a esta crónica fue, como su propio nombre indica, un ejemplo de la trastienda de San Lucas, una feria convertida en un espacio de diversión y de convivencia para los amigos, los compañeros de trabajo y las familias y una excusa perfecta para que las espadas que están en alto bajen como la espuma. Luis García Millán, portavoz de Jaén Merece Más en el Ayuntamiento de Jaén, y el presidente provincial del Partido Popular, Erik Domínguez, limaron asperezas al son de la música de la bachata, con el “coach” de escolta y unas cuantas miradas alrededor después del arreón de dos comparecencias públicas, por separado, entre los socios del equipo de Gobierno que lidera Agustín González.

Empezó la fiesta que cierra España con espectáculo político incluido, sin fuegos artificiales, eso sí, para no asustar a los perros, pero con una dialéctica más cercana a la enemistad que a la amistad. Vivir en territorio comanche o en una trinchera tiene sus ventajas, porque uno se puede sentir solo y, a la vez, con potestad para disparar a diestro y siniestro sin que preocupen las consecuencias. Eso es lo que debieron pensar los concejales de Jaén Merece Más para empezar la semana de San Lucas con una rueda de prensa alternativa a la convocada por el alcalde, con quien tienen firmado un pacto de Gobierno supeditado a cien medidas, más una, que les trae por el camino de la amargura. A unos y a otros y, en resumidas cuentas, por el mismo motivo, porque no se atisba luz al final del túnel por mucho que se oigan voces desde el occidente cada vez más lejano.

La historia comenzó el domingo 13 de octubre. A la hora de la cama, el teléfono móvil de los principales protagonistas estaba más caliente que el rabo de una sartén. Había convocado Agustín González a los medios de comunicación, a las 11:30 horas, para presentar el Plan de Eficiencia de Recursos Municipales. El grupo con el que está “casado” también citó a los periodistas, a las 10:15 horas, en el Hotel Xauen, para hablar de asuntos de actualidad municipal. Por la mañana, el alcalde adelantó una hora su comparecencia pública y, en su particular territorio comanche, presentó su proyecto para recortar gastos en una Administración con 600 millones de euros de deuda. No habían pasado quince minutos cuando entró en escena, a escasos metros, Luis García Millán. El portavoz del Grupo Jaén Merece Más habló de “punto de inflexión” y se mostró claramente en contra de un proyecto que, según dijo, supone “más de lo mismo”. Marcó territorio, una estrategia claramente definida en la que el partido se ve en la obligación de rendir cuentas a la ciudadanía después de recibir un respaldo a medias en las urnas para intentar conseguir lo que el bipartidismo no ha logrado, hasta ahora, en la capital. Espadas en alto que, unas horas después, no hubo más remedio que bajar. Resulta que, ese mismo día, Jaén Merece Más celebró la recepción oficial de San Lucas y, más tarde, sus ediles se pasearon por las casetas de otras organizaciones sociales en las que se inmortalizan momentos como el que se puede apreciar en la fotografía. No le quedó más remedio a Erik Domínguez que aprovechar que el Pisuerga pasaba por Valladolid para intentar mediar en un conflicto que a lo único que conlleva es a enrabietar a los vecinos de esta bendita ciudad, sobre todo a los que votaron al partido localista para intentar cambiar el rumbo de los acontecimientos y lo que se encuentran, día sí y día también, es el jaleo político por respuesta mientras todo sigue igual. Territorio comanche.

Territorio comanche

Los pros y los contras de un viaje a Valencia en pleno San Lucas

Ni estaba en orden del día de la agenda de Alcaldía ni el Gabinete de Comunicación publicitó un secreto a voces. El alcalde de Jaén, Agustín González, viajó, en plena Feria de San Lucas, a Valencia. No fue por placer, eso sí, aunque también tiene derecho al descanso, sino por trabajo. Lo hizo para reclamar al Gobierno central la reforma del sistema de financiación local para alcanzar una financiación justa. La alcaldesa valenciana, María José Catalá, recibió en su Ayuntamiento a la dirigente municipal de Granada, Marifrán Carazo; al de Córdoba, José María Bellido, y al jiennense, además de a la presidenta de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, Rocío Cortés. Aprovecharon para pedir una modificación de la Ley de las Haciendas Locales para que la financiación municipal se calcule sobre los ingresos brutos de la recaudación del Estado, la única forma de que el presupuesto no se vea mermado por las concesiones a los “independentistas. Tiene una doble lectura esta visita a Valencia. Por un lado, que Agustín González es valiente y consecuente con sus reivindicaciones, con vistas a conseguir dinero para las arcas municipales. Por otro, que su mente no está en la capital, sino en la política de mayor altura.

EN CORTO. No se hablaba de otra cosa en los “corrillos” políticos de la feria

Son muchos frentes los que tiene abiertos la provincia, con trenes que no llegan, carreteras a medias, expedientes tirados a la basura y un sinfín de promesas que, cuando cambian los gobiernos, se convierten en brindis al sol. Sin embargo, hay algo que se ha convertido, en términos políticos, en trending topic de los mentideros de la Feria de San Lucas, de esas conversaciones de tú a tú en las que todo es secreto y, al volver de la esquina, todo se sabe. Se trata del posible relevo, cuando exploten las flores en primavera, del secretario general del PSOE de Jaén. Hay silencio y, sin embargo, el murmullo se escucha de fondo y, aunque ahora toca cerrar filas en torno al líder nacional, en el congreso federal de noviembre, todo llegará. A su debido tiempo.