Lo que diga la Biblia
Antonio Losa cobra protagonismo en el seno interno de un grupo municipal, el del Partido Popular, en el que Agustín González promete quedarse “hasta el infinito y más allá...”
Terminó el año 2024 como alcalde de Jaén y empezó 2025 como jefe de la oposición en el Ayuntamiento de la capital. El estreno en la política municipal del popular Agustín González Romo no estuvo exento de turbulencias por culpa de un resultado electoral que dejó el Gobierno a expensas del diálogo y la negociación entre partidos. Jaén Merece Más tiene la llave que abre y cierra el edificio de la Plaza de Santa María, donde dicen los investigadores de lo paranormal que habitan los fantasmas. Se aliaron los populares, casi todos recién llegados a la gestión municipal, con los tres concejales en cuestión custodios de la llave, novatos y noveles, durante poco más de un año y medio con promesas del oro y el moro que terminaron como el santo rosario de la aurora. Ojo avizor estuvo el Partido Socialista ante un espectáculo en toda regla, en el que los ciudadanos ya no sabían el papel que representaba cada protagonista en un escenario en el que se coló hasta un notario para dar fe del pacto. El bocinazo de la moción de censura consumó el divorcio y cambió el guion de la película, devolvió al socialista Julio Millán el bastón de mando y dejó en el frío banquillo de la oposición a Agustín González.
Tres meses después de aquel giro de ciento ochenta grados, cuando todos apostaban por la fuga del exalcalde, sigue al pie del cañón. Hasta la presente, este alto funcionario de la Seguridad Social, con plaza en excedencia para dedicarse a lo público, consiguió blindar su sitio para cumplir el compromiso que adquirió con los ciudadanos de dedicar cuatro años, como mínimo, a su ciudad, en la que no nació, pero sí creció y se formó. Todavía queda rato para dar por terminada la mucha legislatura, pero ya se sabe que el tiempo sube como la espuma y que después de las elecciones autonómicas llegarán las municipales, una cita trascendental para el presente y el futuro de la provincia en la que el Partido Popular tiene la gran asignatura pendiente de debutar en la Diputación. ¿Qué pasará con la capital? Es una pregunta que no sólo pulula en el ambiente de la calle San Clemente, sino también en la sevillana San Fernando. Hay quienes mantendrán la apuesta por Agustín González y otros, sin embargo, buscarán candidatos bajo las piedras para salir airosos de la siguiente cita con las urnas. No es fácil encontrar a alguien dispuesto a gobernar una de las administraciones más endeudadas de España, con escaso margen de maniobra para el crecimiento y la necesidad de disponer de un equipo solvente y preparado para la guerra política. La liberación económica de Antonio Losa al cien por cien, en detrimento de una de sus compañeras del grupo municipal del PP, hace pensar en el protagonismo de un concejal que está a pie de calle, con gran visibilidad en el salón de plenos, con presencia en los barrios y con destreza para estar en el momento oportuno y en el lugar adecuado. La oficialidad asegura que no se trata de una maniobra orquestada con la mirada puesta en 2027, sino de colocar a cada cual en el sitio que le pertenece. Sin más.
Agustín González quiere continuar lo que empezó. Nadie puede poner en cuestión que había proyecto en el ideario de un alcalde diferente con un plan estratégico basado en la tecnología que, sin embargo, no pudo desarrollar por falta de tiempo y, aunque duela, con deficiencias en el equipo que él mismo pergeñó. Su lema quedó escrito para la posteridad en la Biblia: “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán incomprensibles son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén”. Romanos 11:33.
La provincia sigue de moda: más visitas nacionales en el mes de abril
Si marzo trajo una buena lluvia política, ya saben lo que pasa en abril, en el mes de las aguas mil. Todos los representantes políticos de la provincia coinciden en señalar que Jaén está de moda, porque no hay semana que no pase sin una visita de “relumbrón” que ponga el foco en una tierra que siempre fue de todos y, a la vez, de nadie. La construcción del Centro Tecnológico de Desarrollo Experimental (Cetedex) en la capital hace que los altos cargos del Ministerio de Defensa estén más aquí que en su casa, a los que hay que sumar ministros de otras carteras necesarias para el desarrollo y el progreso, como Transporte y Movilidad Sostenible; Agricultura, Pesca y Alimentación, y muy próximamente Transición Energética y Reto Demográfico. También está previsto el desembarco, en puerto linarense, del mismísimo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, porque hay que aprovechar el “tirón” de la impresión 3D con carácter internacional “made in” Jaén. Sólo queda que, antes de que acabe este prolífico mes de abril, se planten en la Plaza de Santa María los Reyes de España por aquello de los 1.200 años de capitalidad. Con paraguas o sin ellos, el año no será de nieves, pero sí de bienes políticos.
Aviso a navegantes: la Universidad no será convidada de piedra
El rector de la Universidad de Jaén, Nicolás Ruiz, tiene claro que la institución a la que representa estará en los proyectos que considere que tenga que estar, pero con un papel relevante, no de convidado de piedra. Lo demostró en la última visita de la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, donde se presentó el Laboratorio Lab, ligado al Cetedex. Aprovechó la presentación para animar a las administraciones públicas implicadas en el proyecto a aprovechar la presencia universitaria en la iniciativa, una fuente de conocimiento llamada a demostrar el talento humano que hay en la provincia. No estará ahí sólo para que aparezca la marca UJA, sino que su papel tendrá que ser activo. Esa es su condición.