“Happy end”

Habrá transición tranquila entre el actual presidente provincial del Partido Popular, Juan Diego Requena, y el que está a las puertas de convertirse en líder, el parlamentario Erik Domínguez

19 abr 2021 / 20:04 H.

Que fuera antes el huevo o la gallina quedará para las tomas falsas cuando se demuestre que lo importante en este nuevo capítulo del peliculón es que habrá “happy end”. El Partido Popular cierra filas en torno a un candidato de consenso en el que está claro que lo de menos es quién puso su nombre sobre la mesa y cuándo. El caso es que hubo connivencia entre Pablo Casado y Juanma Moreno, o viceversa, y Jaén se convertirá en un ejemplo para provincias en las que la ausencia de miramientos hizo que los trapos sucios se lavaran al aire libre, un nuevo estilo de hacer política que deja vencedores y vencidos en un camino de desgaste difícil, a la postre, de poder superar.

Erik Domínguez Guerola se convierte en el hombre de confianza de las direcciones regional y nacional para recuperar la unidad en una fuerza política que, aunque siempre tuvo sus más y sus menos, la debilidad colea desde aquel congreso provincial en el que los críticos que lideraba el porcunense Miguel Moreno se enfrentaron a la oficialidad de Juan Diego Requena. El relevo será balsámico, una transición tranquila auspiciada también, sin lugar a dudas, por el talante caballeroso del actual presidente provincial. El santistebeño avala, a regañadientes, una candidatura en la que la renovación se dará la mano con la continuidad en un esfuerzo de integración necesario para cerrar las heridas de un pasado reciente.

El 15 de mayo es la fecha elegida para un cónclave en el que no habrá serias amenazas de contrincantes. La emoción estará en los nombres y apellidos de quienes acompañarán al líder en una directiva en la que lo único que trasciende es que el número dos será ocupado por la actual coordinadora general de la Junta de Andalucía, Elena González. El sinvivir en el que estaba desde que empezó a aparecer en las crónicas políticas quedó zanjado el sábado pasado con una conversación en la que quedó claro que es ella la elegida. Todo lo demás son elucubraciones, quinielas o tiros al aire. Cierto es que Erik Domínguez, a quien muchos todavía no consiguen poner cara, quiere centrarse en recabar apoyos para que el porcentaje sea el mayor posible en el congreso extraordinario en el que será elegido presidente provincial del Partido Popular. Cuanto más grande sea, mayor será la unidad y, por lo tanto, más fácil será el trabajo de enfermero. Sin embargo, el nerviosismo cunde entre quienes están y no saben si estarán.

La labor de escuchar a unos y otros, cada uno de su padre y de su madre, hace que, después, cada uno pueda sacar sus propias conclusiones y, en ese ir y venir de confesiones “off de record”, cargadas muchas veces por el diablo, todo parece indicar que Agustín Moral Toral, exalcalde de Villatorres, será el número tres o, al menos, estará en los primeros puestos de la candidatura del parlamentario andaluz. Autodescartado queda Francisco Palacios, todavía secretario provincia, quién pudo ser y no fue, y lo que trasciende de Miguel Contreras, el actual coordinador, es que, salvo que él diga lo contrario, formará parte del nuevo equipo en un lugar pendiente de determinar. Pocos conocen las interioridades del Partido Popular como él. Al César lo que es del César.

¿Qué pasará con el senador y exalcalde de la capital Javier Márquez? Nadie puede negar que Erik Domínguez y él son uña y carne y, a muy pesar de sus detractores, también formará parte de una dirección provincial en la que, por supuesto, tendrá cabida Yolanda Sáenz y alguna que otra sorpresa más. Esto es como las cartas, barajar y barajar hasta que la partida empiece y, aunque ya se sabe el ganador, lo importante es que la jugada quede redonda.

Suenan tambores de “guerra”

El malestar existente en el seno de las plataformas que organizaron la caravana hacia Despeñaperros va “in crescendo”. Cada vez que llega una denuncia por saltarse las normas de tráfico en una protesta que fue tranquila, sin contratiempos, crece la indignación entre los convocantes, que animan a los participantes a llevar hasta el final las reclamaciones para que prevalezca el derecho de manifestación. Preparan una buena arremetida contra los representantes políticos, en singular o en plural, que tienen responsabilidad en lo que aquella mañana ocurrió en la autovía. “Jaén Merece Más”, impulsora de una idea que conllevará “tambores de guerra”, recaba apoyos para no salir al ruedo en solitario.